250 años del templo de san juan Bautista de Mérida

Por Ángel Gutiérrez

En los cruzamientos de las calles 64 con 67 y 69 de Mérida se levanta el hermoso templo dedicado a San Juan Bautista, joya de la arquitectura virreinal yucateca y referente en la historia regional. Los orígenes de este espacio religioso y de la devoción de los meridanos al “Último de los Profetas” se ubican en el siglo XVI, apenas unos años después de fundada la ciudad, cuando una plaga de langostas devastó los campos de la provincia, ocasionado escasez de maíz, muerte y hambruna.

Ante aquella crisis, las autoridades civiles y religiosas de entonces decidieron elegir a un santo patrón que, como especial intercesor, abogara a favor de la afligida población para alcanzar la clemencia divina y aplacar el flagelo de la plaga. Echadas las suertes, salió electo San Juan Batista, el “glorioso precursor del Señor”, según apunta el Br. Cárdenas Valencia en su Relación historial eclesiástica.

La piedad de los agradecidos vecinos erigió una modesta ermita en los linderos de la pequeña capital provincial, tres cuadras hacia el sur de la Catedral. Al parecer, algunos años después la devoción al Bautista se había entibiado; pero una nueva plaga se encargó de reavivarla a tal grado que el gobernador y el obispo, con sus respectivos cabildos, hicieron voto público y solemnísimo para refrendar a San Juan como patrón y protector de Mérida y de la provincia de Yucatán en contra de las plagas y enfermedades, comprometiéndose a acudir anualmente en procesión hasta su ermita para celebrar la fiesta de su natividad, cada 24 de junio.

El templo actual, que bien puede considerarse como un extraordinario ejemplo de la arquitectura barroca regional, fue erigido en el último año de la década de los 60 del siglo XVIII. El azote de una nueva y terrible plaga de langostas que talaba las milpas y los montes de Yucatán, “con universal lamento de sus habitadores”, según se registra en documentos de la época, fue el motivo para renovar materialmente la devoción a San Juan Bautista. Una añosa lápida ubicada a un costado del templo da testimonio de este suceso. Su transcripción es la siguiente:

“Se acabó esta Santa Iglesia en 23 de junio de 1770, habiéndose abierto los cimientos en 17 de diciembre de 1769 a devoción del señor Deán, Provisor, Vicario General y Gobernador del Obispado por el Ilustrísimo Señor Maestro Don Fray Antonio Alcalde, obispo de estas…”

Si hacemos caso a este venerable testimonio pétreo, el templo de San Juan Bautista se habría construido en tan solo 6 meses, tiempo récord que, sin duda, fue un reflejo tanto de la explosión devocional del momento como de la capacidad económica de su mecenas, don Agustín Francisco de Echano, a la sazón, poderoso deán y gobernador del obispado.

Para conmemorar los 250 años de la conclusión del templo de San Juan Bautista de Mérida, el Cabildo Metropolitano de Yucatán y el canónigo capellán, don Juan Castro Lara, han dispuesto la realización de una serie de conferencias, charlas y eventos culturales durante los próximos meses, en los que abordarán diversos aspectos de este histórico recinto.

 

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