Cuando la vida le puso una piedra en el camino a la familia Garza, esta buscó opciones y retomó el camino. Y como si esto fuera poco, la decisión tomada los llevó al éxito.
A Verónica Garza, la mayor de varios hermanos, le diagnosticaron una serie de trastornos vinculados con el sistema inmune. Entre tantos factores de riesgo, estaba obviamente la alimentación; y en esta, las clásicas tortillas de trigo o de maíz, plato básico de la cocina de México, de donde los Garza son originarios. Con esta limitación, según cuenta ahora Miguel Garza, el hermano menor, todos se pusieron a buscar variantes. ¡Idearían una tortilla a base de harina de almendras!
“Somos de la frontera y comemos tortillas: es parte esencial de nuestra cultura, un soporte para distintas comidas que es culturalmente significativo. Así como alguien puede extrañar el pan, nosotros empezamos a extrañar las tortillas”, reconoce este joven nacido en Laredo, Texas.
De esta manera a Miguel se le ocurrió la idea de llevar al mercado más cercano de la ciudad de Austin, donde residen, las nuevas tortillas sin grano que su madre y su abuela empezaron a preparar en casa, y que todos decidieron incluir en su dieta, a modo de solidaridad con la enferma.
“La compañía surgió del genio de mi hermana Vero, que es creativa y fuerte como pocas personas que conozco -declaró este emprendedor a BBC Mundo-. Cuando le diagnosticaron una serie de condiciones autoinmunes, por sugerencia de mi hermano mayor, probó eliminar los granos de la dieta a ver si eso la ayudaba a aliviar algunos síntomas, que lo necesitaba urgentemente. Y sí ayudó”.
Dos años y medio después de aquella decisión de promocionar y hacer que se compraran sus atípicas tortillas caseras, los Garza ya han erigido una marca y una empresa que incluye a los siete miembros de la familia y que emplea a 10 personas más.
Miguel había estudiado leyes y en aquella época trabajaba en una empresa de salud, pero en 2014 no le bastó con el pequeñito negocio casero y decidió hacer de las nuevas tortillas un verdadero negocio.
“Comencé a golpear puertas en negocios de Austin -recuerda-, conseguimos un cliente y así empezamos”.
Ahora Miguel, uno de los motores de la marca “Siete Family”, ha sido seleccionado dentro de la selecta lista “30 de menos de 30” de este 2017, que cada año la revista Forbes elabora para hacer visibles a los emprendedores menores que 30 años cuyo esfuerzo los ha llevado a destacarse en diferentes sectores de la publicidad, la energía, las finanzas y hasta el arte.
Miguel tiene tan solo 29 años y ya es un hombre de éxito, aunque él carga en la totalidad de su familia el empuje que los ha llevado a la consagración.
El abanico de ofertas de la compañía ha ido enriqueciéndose: además de las de harina de almendra, ahora se elaboran tortillas de yuca o mandioca, de coco y hasta de chía, ideales para personas que por razones de salud deben evitar los productos con gluten o con granos.
“Creo que una de las cosas que tratamos de evitar es presentar nuestras tortillas como un reemplazo de las de trigo o maíz”, señala. “Son una alternativa. No queremos ser una tortilla tradicional, aunque quizá sí cumplen una función ‘nostálgica’ para aquellos que antes comían tortillas y por alguna razón ya no pueden”.
De manera que son muchos y variados los clientes que adquieren los productos de Siete Family, entre los que aparecen también los veganos y los adictos a la dieta paleo.
Por lo demás, esta marca ha logrado su expansión en medio de la ola de productos mexicanos que ya causan furor en el mercado norteamericano.
“La cultura latina está en la cresta de la ola en EEUU”, dice. Ganamos influencia y ahora, afluencia: los latinos tienen cada vez más acceso a comprar en supermercados (más caros y selectos) como WholeFoods, que las generaciones anteriores no tenían”.
Según este flamante director ejecutivo, sus productos se encuentran ya en más de 400 puntos de venta, incluidos el exquisito supermercado orgánico WholeFoods.
Por su parte, Forbes no duda de que Siete Family pertenezca a ese 2% de empresas en manos de latinos en EE.UU. que llega a más de un millón de dólares anuales como beneficio.
“Me siento muy honrado de estar allí con todos esos empresarios exitosos y me lo tomo muy en serio. No creo que sea una medida del éxito, pero es una buena señal de que uno puede salir y crear algo desde cero y lograr convertirlo en un negocio”, afirma.
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