FLORIDA.– Ojeroso, con rostro serio y cansado, la fotografía policial de Tiger Woods, detenido la madrugada de ayer en Florida (Estados Unidos) por conducir ebrio, dio la vuelta al mundo marcando un nuevo capítulo en la trompicada trayectoria personal en los últimos años del golfista más famoso del planeta.
Woods, de 41 años, fue arrestado en la ciudad de Júpiter, donde tiene su mansión en una isla exclusiva. La detención ocurrió a las tres de la mañana hora local. El genio del golf en horas bajas fue trasladado a la comisaría del municipio de Palm Beach y sobre las once de la mañana fue puesto en libertad. Sin fianza, pero con el foco mediático global cayendo inmisericorde sobre su resaca.
Por el momento no se ha concretado el tipo de intoxicación que sufría Woods mientras iba al volante, si se trataba de alcohol o de alguna droga. Tampoco se ha detallado si iba acompañado. Sí se ha sabido que conducía por una avenida central en dirección contraria a su residencia. Y un punto confuso: fue detenido a las tres pero su entrada a comisaría se registró a las siete de la mañana.
Su arresto mientras conducía intoxicado su coche por Júpiter supone un nuevo golpe a su imagen, mellada tras el escándalo sexual que protagonizó en 2010 y que le llevó al divorcio de su esposa, la modelo Elin Nordegren.
– El País




