El Fondo Reservado “Rodolfo Ruz Menéndez” tiene entre sus joyas históricas el menú de la comida que se sirvió al presidente. También guarda actas eclesiásticas y de sociedades comerciales, manuscritos del mayista Fray Joaquín Ruz, y ejemplares de revistas como Miscelánea y El Redactor Meridano, además del Boletín del Ejército de Yucatán y Clamores de la Fidelidad Mexicana
El 7 de febrero de 1906, el presidente Porfirio Díaz Mori acudió a la hacienda henequenera de Chunchucmil, propiedad de Rafael Peón y Rosa, durante la visita que realizó en Yucatán.
De ese recorrido en la hacienda quedó inscrito en mármol la siguiente frase: “Al Héroe de la paz, señor general don Porfirio Díaz, Presidente de la República”, que se ubicó en el pórtico de la casa principal.
Algo que muy poco se ha divulgado de esa visita es que el general comió pavo a la yucateca. La mayoría de las bebidas y platillos fueron franceses, de acuerdo con el menú que se conserva en el Fondo Reservado “Rodolfo Ruz Menéndez”, que custodia el Centro Peninsular de Humanidades y Ciencias Sociales (Cephics) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que tiene su sede en esta ciudad.
La carta es una acuarela que por sí misma es una obra de arte, y se enmarcó para su cuidado. Ese documento como otros está al resguardo del Fondo Reservado, cuya primera sección está abierta al público e investigadores.
Bruno Samuel Euán Esquivel, responsable del Fondo Reservado “Rodolfo Ruz Menéndez”, compartió para Punto Medio la riqueza bibliográfica que hay ese lugar.
–Una de las mayores riquezas que cuidamos son las publicaciones periódicas, así como folletos de los siglos XIX y XX, que se imprimieron en Campeche y Yucatán –comentó.
Revistas históricas
Además, hay actas eclesiásticas, de sociedades comerciales yucatecas, manuscritos de Fray Joaquín Ruz, conocedor de la lengua maya; ejemplares de revistas como Miscelánea, El Redactor Meridano y otras como Boletín del Ejército de Yucatán y Clamores de la Fidelidad Mexicana.
Entre las publicaciones más cercanas están El Sabatino, Filósofo Meridano y El Yucateco (también conocido como El Amigo del Pueblo), El Cometa, El Terror de los Tiranos, El Tornillo Meridano, El Campechano y El Manantial (editados en Campeche).
Los manuscritos datan del Siglo XX y son considerados una mina de información para historiadores porque hay cédulas reales, testamentarias, juicios civiles y criminales, amparos, capellanías, juicios de desamortización de bienes y correspondencia.
Además, hay una gran cantidad de libros de historia, literatura y economía únicos, es decir, que no están disponibles en otras bibliotecas del país. La sección más representativa es la de Yucatán, que suelen consultar investigadores.
Euán Esquivel precisó que el material yucateco sí está restringido para investigadores e historiadores, aunque la sección de historia y literatura está abierta al público en general para consulta en sala, pues al ser un material reservado no se puede llevar a domicilio.
Breve historia del Fondo
En 2007 el Cephics adquirió, con el apoyo especial del Patronato Universitario, el Fondo Reservado “Rodolfo Ruz Menéndez”, cuyos herederos aceptaron a dejar en manos de la Universidad Nacional Autónoma de México tan valioso patrimonio para su resguarda y óptima utilización.
Para 2012, con la llegada de Euán Esquivel, se comenzó a clasificar el material. Hoy día, el 70 por ciento de los materiales ya están organizados con una asignatura topográfica lo que permite dar mejores servicios.
–A razón de que ya sabemos el material con el cual contamos, su año, características, ya nos enfocamos a la digitalización, servicio que se presta –abundó.
Hasta 2013, el Fondo Reservado estuvo en el lado sur del edificio del Cephics, ubicado en la calle 43 s/n entre 44 y 46 de la colonia Industrial.
Al año siguiente se inició un proyecto para migrar el fondo documental a la parte norte del edificio y así proveer de una adecuada conservación el material bibliográfico.
Hoy día el Fondo es consultado por alumnos de Ciudad Universitaria, quienes vía correo electrónico contactan a Euán Esquivel para preguntar qué material tienen, pues muchos de los libros que tuvo “Don Fito” no los encuentran en otras bibliotecas de México.
Generalmente el Fondo es utilizado por investigadores para sus artículos científicos. “De alguna manera, recién se está conociendo. Tiene muchísimas cosas valiosas, es una minita de oro en verdad”, añadió Euán.
El Fondo en números
El Fondo Reservado “Rodolfo Ruz Menéndez” se ubica en un espacio que mide 124.7 m2, de los cuales 82 m2 corresponden al área donde se resguarda el acervo.
En su interior de 72 metros lineales de acervo bibliográfico, contiene aproximadamente 32 mil ejemplares, los cuales están clasificados de la siguiente manera:
Colección general catalogada, 9 mil ejemplares; libros únicos no catalogados, 5 mil; folletería, 1,500; revistas, 11 mil; periódicos, mil; tesis, 230 y, mecanoescritos y manuscritos, 5 mil o más hojas. El libro más antiguo es “La memoria de Felipe de Comines” (1863).
No se trata de un acervo centrado en textos regionales, contiene aproximadamente un millar de diccionarios y enciclopedias, y una valiosa colección de ediciones de “El Quijote” y estudios sobre la obra cervantina, así como impresos españoles, franceses, cubanos y estadunidenses.
El Fondo Reservado recibe 150 visitantes al año, que van de los tres hasta los 23 usuarios al mes. Aunque en este primer trimestre del año se alcanzó el 75% del número de visitas que reciben por año, informó Euán.
Ante la pregunta de cómo un acervo tan valioso llegó a manos de la UNAM, el entrevistado expresó que la situación es muy delicada y “Don Fito”, al ser una persona de importancia en nuestra entidad, pidió donar su biblioteca a la Uady, voluntad que no se cumplió. Los motivos se desconocen.
La familia puso en venta el Fondo Reservado, y una biblioteca de Estados Unidos manifestó su interés. Los herederos de Ruz Menéndez declinaron esa opción, y prefirieron donar el material bibliográfico a la máxima casa de estudios del país.
Para resguardo del acervo, la UNAM invirtió $400 mil en stands, aire acondicionado integral y marco magnético.
“Aunque no somos restauradores, sí se hacen los trabajos preventivos para tener el clima apropiado, la limpieza adecuada con brocha o goma, se retiran las grapas y se coloca hilo de algodón en los cuadernillos. Es una tarea que no se visualiza, pero es un gran trabajo”, abundó.
¿Quién fue Ruz Menéndez?
Rodolfo José Edgardo Ruz Menéndez (1925-2005) fue abogado, bibliotecario, historiador, investigador, ensayista, poeta y catedrático universitario.
Como docente, impartió clases de Historia Universal, Historia de México y otras asignaturas en la escuela secundaria “Ana María Medina” (1943-1954). Durante muchos años impartió las materias de Gramática, Derecho Civil, Derecho Mercantil, Economía y Organización de Oficina en la Academia Marden.
También dio clases de Literatura en la Escuela Normal Superior de Yucatán (1973-1978).
La mayor parte de su vida laboral la desarrolló en la Universidad de Yucatán (hoy Uady), donde ocupó varios cargos: Jefe de Departamento de Bibliotecas (1956-1982), Director de la Biblioteca Central (1956-1987), Secretario Fundador de la Escuela de Psicología (1971), y Secretario fundador de Filología Maya (1959).
Junto con otros destacados personajes, Ruz Menéndez fundó el Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad de Yucatán (1965), antecesora de la Facultad de Ciencias Antropológicas; fue miembro del Consejo Editorial de la Revista de la Universidad de Yucatán (1971-1985), e Historiador de la Uady (1987-1991).
También colaboró en diferentes rotativos, así como en publicaciones locales, nacionales y extranjeras.
En 1973 el Gobierno del Estado le entregó la Medalla Yucatán y en 1989, la Medalla “Eligio Ancona”.
Fue hijo de Joaquín Ernesto Ruz Bustillos y Flora Menéndez Mena, hija del prócer cubano-yucateco Rodolfo Menéndez de la Peña, Benemérito de la Educación Pública de Yucatán.
El 11 de agosto de 1951 Ruz Menéndez contrajo nupcias con Ligia Rosa Hernández Padrón, de cuyo matrimonio nacieron siete hijos.
Después de prolongada dolencia, a la edad de 80 años falleció en Mérida el 8 de octubre de 2005.
– Irbin Flores Palomino