El cambio climático ya se resiente en Yucatán y puede ocasionar efectos devastadores en los próximos años: la escasez de lluvia por el calentamiento global es una amenaza directa para la pérdida de vegetación y biodiversidad, aseguró Eduardo Batllori Sampedro, titular de la Secretaría de Desarrollo Humano y Medio Ambiente (Seduma).
Indicó que se estima que en el estado más del 70 por ciento del suelo ya presenta pérdida de fertilidad, lo que propicia un ambiente más seco que incrementa el riesgo de incendios.
Advirtió que actualmente cada año 80 mil hectáreas son arrasadas por el fuego, lo que significa que al ritmo actual no quedaría vegetación dentro de 70 años.
El funcionario aprovechó la ocasión para hacer un llamado a la toma de conciencia por parte de la sociedad, ya que la destrucción del ecosistema afecta directamente la salud pública, la seguridad alimentaria y la sustentabilidad de la población.
“Esto va generando escasez de lluvia y puede ser un riesgo, porque nuestro manto freático de lo principal que se alimenta es de la lluvia, y no tenemos ríos, ni glacial, tampoco otra fuente de agua que permita cargar nuestro acuífero, que representa la tercera parte del agua subterránea a nivel nacional y es uno de los más importantes”, comentó.
Asimismo explicó que la escasez de agua puede aumentar la concentración de contaminantes y reducir la calidad del líquido almacenado en el manto freático.
Indicó que el calentamiento global es producido indudablemente por el hombre, que genera grandes cantidades de dióxido de carbono y metano que son muy potentes en términos calóricos
“Yucatán tiene un clima que va de árido a semiárido en la costa con lluvias de 450 milímetros a 1,100 en el sur, esto genera una variabilidad a la cual responde la vegetación, desde selvas bajas, hasta selvas medianas, con grandes humedales”, añadió.
Dijo que otro de los efectos preocupantes del cambio climático es el aumento del nivel del mar por la pérdida de glaciales. “En el caso de Yucatán tenemos incremento del nivel medio del mar que son 5 milímetros al año y va incrementándose cada vez más, esto pudiera parecer muy poquito pero se va a ir incrementando exponencialmente conforme a los glaciales se derritan”, sostuvo.
Sostuvo que la pérdida de selvas tiene implicaciones serias sobre la vegetación, lo cual a la larga pueden impactar sobre la seguridad alimentaria, debido a que la población empieza a emigrar del campo y la urbanización es cada vez mayor.
“Antes sufrir cuarenta grados era algo atípico, hoy por hoy se está estableciendo que tenemos cada vez más días por encima de 40 grados y con sensaciones térmicas de 50 grados, y esto está generando una pérdida de confort climático para la población”, explicó.
“En este loco desenfreno por el crecimiento, la disposición de los recursos naturales es lo que ha enfrentado una regla básica de la naturaleza: no podemos consumir todo lo que la naturaleza produce”, finalizó.
– José Villegas