Monumento a los Creadores de la Canción Yucateca recibe las cenizas de Díaz Bolio

Las notas y letras del poeta recuerdan a su familia, amigos, conocidos y asistentes que el legado del yucateco seguirá siempre vivo

EN EL MARCO DE UN EMOTIVO HOMENAJE PÓSTUMO donde las “Golondrinas Yucatecas”, de Luis Rosado Vega y Ricardo Palmerín, fueron entonadas en una sola voz, se colocaron las cenizas del poeta José Díaz Bolio en el “Monumento a los Creadores de la Canción Yucateca”, ubicada en el Cementerio General de la ciudad de Mérida.

La familia, amigos y conocidos que acudieron a la cita recordaron a don “Pepe”, tal como lo llamó el director de la Escuela Superior de Artes de Yucatán, Enrique Martín Briceño, quien lo calificó como un polígrafo; ya que escribía sobre temas de actualidad así como de historia, arte o arqueología.

Su legado incluye el “polémico” descubrimiento del culto crotálico, al igual que libros y artículos periodísticos. De palabras de Díaz Bolio, la poesía y la música han sido el motor de su vida; cabe recordar que fue discípulo de Ricardo Palmerín, quien le enseñó los secretos de la trova yucateca.

Ante la presencia de sus hijos, Margarita, Pilar y José Manuel Díaz Rubio, y José, Ileana, María Cristina y Rosabel Díaz Torres, ingresaron las cenizas al monumento donde descasará a partir de ahora, acompañado del tema musical “Mi tierra”.

La fantasía oriental “Musmé”, poema hecha canción, fue escrita en un camión que se dirigía de la colonia Condesa a la Roma. “Papá podía convertir con facilidad las ideas en imágenes y la costumbre del pensamiento plástico”, relató su hija Margarita.

“Como un loto desmayado era pálida Musmé, era su semblante pálido como un lirio reflejado en una taza de té”, es un fragmento de la canción que le valió un lugar en el monumento donde a partir de hoy descansa acompañado de compositores y letristas que han legado una única canción a la posteridad.

“Musmé” y “Cobarde” formaron parte del repertorio para rememorar a don Díaz Bolio. Las notas y sus letras, recordaron a los presentes que su legado sigue y seguirá vivo.

Previo a la colocación de las cenizas en la primera cripta de la tercera sección del recinto cultural, su hijo, José Díaz Torre, aseguró que su padre se sentiría orgulloso por estar acompañado de grandes amigos suyos de ese tiempo, como lo fue Alfredo Aguilar Alfaro.

-Por su gran sensibilidad humana recordemos a Don José Díaz Bolio, nuestro padre, con algunas de sus propias palabras plasmadas en su poema llamado Sencillez; el cual llevaba en una tarjetita todo el tiempo en los últimos años de su vida -expuso.

“Para vivir como quiero me basta mi sencillez, un jardincillo, una banca y el perro junto a mis pies, o en musical comunión mi guitarra y un rincón. Ni palacio, ni oropeles, ni tesoro que cuidar: ser sólo una cosa humana que quiere vivir en paz, y a los grandes de la tierra les regalo lo demás”, dice el poema.

Texto: Jesús Gómez
Fotos: Juliana Sepúlveda

 

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