Samantha se apaga si detecta que su dueño es brusco y no le susurra palabras bonitas al oído
La tecnología ha invadido prácticamente todas las áreas del quehacer humano, y el campo sexual no queda exento, por ello existen robots sexuales que permiten un disfrute de relaciones íntimas a otro nivel.
Uno de estos robots sexuales es Samantha, desarrollada y modelada a partir de los gustos del ingeniero electrónico Sergi Santos, por lo que cuenta con grandes pechos, cintura diminuta, largo cabello castaño y ojos verdes.
Además de necesitar del juego previo antes de llevar a cabo el acto sexual, su creador ha llevado a un nuevo nivel de inteligencia a su creación, con un nuevo prototipo que se apagará en caso de que su poseedor no muestre señas de respeto o de cariño.
Esto se debe principalmente a que el año pasado, Samantha fue maltratada en una feria de Electrónica en Austria. De acuerdo con Santos, su robot sexual terminó con “dos dedos rotos”. Desde entonces, Santos está trabajando en un robot que pueda decir “no” en ciertas situaciones y pasar al modo de simulación si el robot percibe que está siendo tocado de forma “irrespetuosa”, por lo que se apagará si así sucede, según informa The Guardian.
Además de esta nueva función, Samantha incorpora un microprocesador en la cabeza que interactúa con el usuario y “nota cuando la tocas” e integra tres modos distintos de interacción con su dueño: el familiar, el romántico y el sexual, que le permitirán llegar a un “orgasmo tecnológico”, dependiendo de la forma en que sea estimulada.
Según el portal Geek, este código moral permite a Samantha a decir “no” y ya se han podido ver demostraciones de ello en el Life Science Center, en Reino Unido. Por medio de la actualización de software, se obligará al dueño a tener un mínimo de educación sexual con su robot, por lo que Samantha podrá exigir que le susurren cosas bonitas al oído y ser acariciada de la forma que más le agrade.
Texto: El Universal
Foto: Cortesía