Editorial de Peninsular Punto Medio

La reforma eléctrica, para reforzar a la CFE, que promueve el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, nuevamente tiene enfrentados al Gobierno federal y la oposición, lo que ya no es novedad, con argumentos completamente distantes, opuestos y hasta agoreros por ambas partes.

Creemos que los empresarios y dueños de las principales industrias relacionadas con el uso o la generación de energías tienen derecho a exponer lo que piensan, pero también debemos comprender lo que buscan las autoridades de la 4T, que es cobrar lo justo por los servicios que se prestan a las empresas privadas, tal como se explicaba ayer en la Mañanera.

Finalmente, dijo López Obrador, todo ese dinero que se paga en subsidios a

las grandes empresas, les permite dar más barata la energía a costa de los im- puestos de todos los mexicanos que tributamos.

A nivel local los principales líderes empresariales han mencionado que se frenará la inversión privada en el país, y han mencionado que ya no se conectarán a la red eléctrica a los negocios o casas particulares, pero fue desmentido por la propia secretaria de Energía, Rocío Nahle.

Muchas cosas se van a decir en estos días, pero lo más importante, creemos, es que al final el recibo de luz para los ciudadanos no se convierta en una larga carga financiera, tal como ya pasa en España y otros países, en donde las empresas privadas se comieron todo el pastel con el argumento de que producen energías limpias.

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