Kinécarus Apreciación Cinematográfica
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En el vasto terreno de la cinematografía siempre habrá un pequeño espacio para esas adaptaciones imposibles, en donde del papel al celuloide existe un terreno accidentado en el cual, en la gran mayoría de los casos, alguno de los dos no sale beneficiado.
Bajo esta afirmación podríamos atrevernos a decir que “Dune” del director Denis Villeneuve es una visión digna y acertada para el nivel de importancia que tiene esta obra literaria para con el imaginario colectivo de la ciencia ficción.
Presentada por el director como una “Star Wars para adultos”, Dune es una adaptación que después de dos accidentados intentos en el cine (una que jamás vio la luz bajo la dirección de Alejandro Jodorowsky) es un largometraje que se toma su tiempo para contar la primera parte de la historia del primer libro de Frank Herbert y lo hace con creces, pero punto y aparte de la gran adaptación que sucede a nivel narrativo, el apartado cinematográfico por medio de la fotografía es abrumante: El desierto de Arrakis inspira admiración y terror al mismo tiempo, los edificios de la casa Harkonnen parecen sacados de las más profundas pesadillas tecnológicas en algún universo lejano a nuestro tiempo y la presencia de los Fremen es tan mística y enigmática como las líneas invisibles que pinta el viento en la arena del desierto.
Dune será una película que no es para todos: es demasiado contemplativa, demasiado adelantada a su tiempo, emulando a lo que fue su homónimo literario por allá del año de 1965 y que 56 años después al fin la tecnología se sincroniza con la mística adaptativa para poder hacerla realidad y sin tener tropiezos desequilibrados, como el andar en las arenas más inestables del desierto.
Para las audiencias que están dispuestas a encontrar un sentido en la calma que trae consigo el poder del desierto, Dune será unas gotas de agua fresca en medio de la sequía y que permitirán desear más de ese preciado líquido mientras el tiempo permite que de nuevo se pueda saciar esta sed de Dune.
Agradecemos a Cinépolis Las Américas por las facilidades brindadas para poder realizar este análisis cinematográfico.
