ANDA MOLESTA.- Nos comentan que Lila Frías Castillo, exdiputada local por el IX distrito, excandidata a la alcaldía de Progreso y actual secretaria general del PRI en Yucatán, expresó su descontento con la directiva de ese partido, pues se le negó la voz en una sesión de consejo político de su propio partido.
Comentó que en una reunión interna del tricolor en la que quiso solicitar que se brindara información acerca del presupuesto 2022 y del informe del ejercicio electoral 2021, se le negó la palabra, a pesar de que varios la apoyaban, por lo que, incluso, sintió discriminación, porque piensa que quizá no quisieron escuchar su opinión por ser mujer.
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PETICIÓN FUERA DE LUGAR.- Otras voces nos dicen que el escándalo que involucra a Frías Castillo fue “artificialmente explotado” por su grupo político, que encabeza el senador Jorge Carlos Ramírez Marín, pues, por tratarse de una sesión extraordinaria, por reglamento no se pueden hacer cambios al orden del día, tal como pretendía.
Fue hasta el final cuando se le concedió la palabra, pero la exdiputada dijo que ya no tenía caso.
Por cierto, nos dicen, llama la atención de que Frías Castillo no acudió presencialmente a la sesión celebrada el lunes pasado, pese a que estaba obligada por su cargo en el partido.
Peor aún, ventilar y tratar de litigar un asunto así, lo único que ocasiona es debilitar al partido, que de por sí ya la gente no quiere saber nada.
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OTRO DEL TRICOLOR.- Trascendió que el exalcalde de Sucilá, Diego Lugo Interián, terminó su periodo sin lograr concluir su gasolinera, pues confiaba en que saldría ganador en la reelección y no fue así.
La cuestión es que en el pueblo todos se preguntan de que cómo de ser maestro del Conafe pasó a ser dueño de varios negocios.
Se rumora que busca acercamientos con colaboradores de la actual presidenta municipal Gabriela Pool, quien le ha dado señales de que la única negociación es que haga bien las cosas. Es decir, debe entregar permisos y documentos para demostrar que él tiene la razón.