El diputado local del Distrito IX, con cabecera en Progreso, Erik José Rihani González, hizo un llamado a los yucatecos, en especial a los vacacionistas, para no caer en pánico por la marea roja que se presentó en el litoral yucateco, pues, de acuerdo a estudios, no es tóxica, aunque no se deben comer las especies marinas que recalan, pues pueden estar descompuestas.
En entrevista con Peninsular Punto Medio, el legislador recomendó seguir la información oficial en la materia, emitida por las autoridades de salud, pues eso puede salvarnos la vida.
Además, recordó que la marea roja es un fenómeno que se presenta cada año y que tienen causas naturales, pero que bien pueden ser consecuencias de lo que los ciudadanos tiramos en los cenotes, aguadas o el mismo mar, que se convierte en alimentos de los peces y algas.
“Hasta donde sabemos, la marea roja no está afectando la temporada veraniega ni la temporada de captura de pulpo”, precisó el legislador.
Sin embargo, señaló, eso no significa que hagamos como que no pasa nada, pues hay que tomar en cuenta ciertas medidas para convivir y sobrevivir a este fenómeno, que se ha dado en otros años.
“Hasta el día de hoy, los estudios que han hecho en la Secretaría de Salud indican que esta alga que, en específico, está generando la marea roja no es tóxica. Es decir, que para el ser humano no es una amenaza”, reiteró.
En el caso de las especies marinas, debido a que con la floración de estas algas se acaba el oxígeno, es posible que los peces marinos enfermen o fallezcan.
Por ello, dijo, es importante que la sociedad no consuma los productos que arriban a las playas, no porque estén contaminados por las algas, sino porque pueden llevar muchos días muertos y ya están descompuestos.
“Eso sí podría causar enfermedades en los seres humanos”, recalcó.
¿Qué causa la marea roja?, se le preguntó.
“Pueden ser cosas tan variadas como los mismos desechos que nosotros tiramos en el manto freático, que se pueden convertir en alimentos para la floración de estas algas, por eso es importante que cuidemos lo que arrojamos a los pozos, cenotes y al mar”, concluyó.
Texto y foto: Esteban Cruz Obando.