El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, pidió ayer, al ser investido por tercera vez como jefe de Estado, “amar y ser amado”, en contraste con sus discursos previos, habitualmentre más agresivos con sus adversarios.
“Hemos ganado el honor de servir a la nación turca otros cinco años. Abrazo a todos los 85 millones (de ciudadanos), tengan la visión política, el origen, el carácter o la religión que tengan”, dijo Erdogan durante su alocución en el palacio presidencial.
“La campaña electoral terminó el 28 de mayo (día en el que ganó la segunda vuelta de las presidenciales con un 52,2 % de los votos). Ahora decimos: ‘Amemos y seamos amados’. Necesitamos que 85 millones de personas se mantengan unidos como ladrillos de una pared. Necesitamos un gran abrazo” dijo, recién investido.
El mandatario llegó al palacio presidencial bajo una persistente lluvia, tras haber jurado el cargo el cargo en el Parlamento, acompañado de su mujer, Emine Erdogan, sus hijos Esra, Bilal y Sümeyye y el marido de esta última, el fabricante de drones Selçuk Bayraktar. Erdogan dirige Turquía desde 2003, primero como primer ministro y desde 2014 como presidente, cargo que desde un referéndum en 2017 reúne las funciones de jefe de Estado y jefe de Gobierno.
Texto y foto: EFE