El VIH y la Talasemia

Salvador Castell-González 

Fue en África donde se originó el hombre primitivo, una tierra rica en recursos naturales y tan olvidada por el desarrollo el lugar donde también se vio nacer al Sida (VIH).

Aunque la historia oficial del Sida comenzó el cinco de junio de 1981, cuando un brote atípico de enfermedades se presentó en Estados Unidos y todas tenían en común un sistema inmunitario disminuido.

El caso más antiguo que se tiene registro es de un nativo africano que habitaba en la ciudad de Kinshasa, en la actual República Democrática del Congo. Aunque la muestra fue tomada en 1959, se confirmó hasta los noventas, ya que la prueba confirmativa (Elisa) no se desarrolló hasta 1987.

Los primeros síntomas del Sida ya se habían observado desde inicios de siglo, pero al ser síntomas comunes de desnutrición extrema, algo común en los esclavos pues no se le dio importancia.

Hay que recordar que África era un activo y mano de obra para Europa y la Región del Congo le perteneció de 1885 a 1908 al Rey Leopoldo II de Bélgica, pero se le quitaron los derechos por crímenes humanitarios contra los nativos. Los derechos de la región se le cedieron al estado de Bélgica, por eso se le conoció como Congo Belga hasta su independencia en 1960.

Por otro lado, tenemos una enfermedad llamada talasemia es un conjunto de alteraciones congénitas (genéticas heredadas) que consiste en que presenta una o más de las globinas alteradas (Proteínas de la sangre). Esta deformación afecta la maduración de glóbulos rojos (eritrocitos) ocasionando que tengan ciclo de vida reducido y un bajo conteo celular, lo que trae como consecuencia anemia y sistema inmune disminuido. Entre otros síntomas pueden presentar osteoporosis, artritis y cardiomegalia, que en general ocasiona que las personas con talasemia tengan una vida corta, siendo en promedio de 25 años para los casos más severos.

Al ser la talasemia una enfermedad mortal a mediano y/o largo plazo el porcentaje de la población que presenta el padecimiento debería ser reducido, pero la talasemia también confiere inmunidad a dos de las enfermedades más mortales en África, a la malaria y el paludismo. 

Y eso que tiene que ver con el VIH, pues los últimos estudios de evolución del VIH indican que el Sida ya se encontraba presente en la región desde inicios de siglo XIX, pero, aunque se habían observado los síntomas no fue investigado ya que la inmunodepresión, anemia y la muerte temprana eran circunstancias comunes en la región. Este tiempo que el Sida estuvo de encubierto facilito la dispersión y establecimiento de la enfermedad.

Y es así como dos enfermedades muy distintas y similares en síntomas, claro en conjunto con la poca tecnología existente facilito la dispersión temprana del virus del VIH, un virus que es una variante del Virus de la Inmunodeficiencia en Simios que ha sido reportado en al menos 20 especies de simios. Pero de esta historia hablaremos otro día.