No te enganches

René Emir Buenfil Viera 

psicrenebuenfil@gmail.com

Una de las peores cosas que puedes hacer con una persona que te está provocando para pelear es engancharte y darle lo que busca. 

Les estás dando la razón y como les funciona lo seguirán haciendo una y otra vez, deja ya de caer en provocaciones, date cuenta que ya te tomaron la medida y quieren que caigas en un patrón repetitivo donde son otras personas las que tienen el control. ¿De verdad eres tan predecible y manipulable?, pues empieza a dar los primeros pasos para cambiar eso, que te está perjudicando demasiado. Date cuenta de su juego, de qué te dicen para provocarte y cuándo y cómo caes en su juego y quítales el poder sobre tus emociones, que ya caíste lo suficiente en sus redes.

Para un pleito se necesitan dos personas, es decir, los pleitos son una construcción social, pero tú no tienes por qué contribuir a eso si no quieres, si tú estás en tu rollo pasándotela bien y viene alguien (pareja, hijos[as], amigos[as]) a buscarte bronca, pregúntate si eso es lo que tú quieres construir, si esa es una fogata que quieres prender ahorita, recuerda que puedes decir que no, es una opción válida, o que tu contribución a la relación quieres que sea desde el entendimiento mutuo y los acuerdos de colaboración y no desde los ataques. 

Pues no, a mí no se me antoja pelear, sobre todo si la persona no está buscando quién se la hizo sino quién se las paga, o sea, te están haciendo pleito nada más porque en otra parte se enojaron con otra persona o por un asunto en el que tú no tienes nada que ver. Puedes elegir engancharte con esa discusión, o decirle a la persona que si está molesta por otra situación o con otra persona, vaya a resolverlo, pero que no se desquite contigo, y no tienes ni que insultar ni perder la calma para decirle eso. 

Puede ser complejo que se te resbale y tal vez no siempre es posible que no te importe que alguien venga en mala onda a querer robarte la paz, pero tómalo de quien viene, por ejemplo, quizá sea tu esposa, pero tu esposa viene a querer responsabilizarte de sus emociones, e incluso aunque sea algo que hiciste o dijiste lo que le provocó las ganas de pelear. 

Tú puedes contribuir a la situación de muchas maneras, puedes intentar desescalar su enojo e intentar que se calme, o permitir que se desahogue, pero no es tu obligación ser el saco de arena para que nadie, ni siquiera tu pareja, desquite su ira, sobre todo cuando después de estos episodios nada o muy poco se resuelve en realidad, si son discusiones poco útiles.

Una habilidad básica de la inteligencia emocional es aprender a elegir tus batallas, aunque seas mecha corta puedes aprender a regular tus emociones, hay peleas que ni valen la pena, o que no son tuyas y no te corresponde a tí lucharlas, no te andes calentando con calenturas ajenas. 

Una manera efectiva de lograr aumentar tu regulación emocional es trabajar en terapia psicológica tu tolerancia a la frustración y tu impulsividad con el objetivo de dejar de entregarle las llaves de tus emociones a otras personas a la menor provocación, eligiendo fuentes internas, personales que te hagan reflexionar antes de reaccionar.