Los partos en agua ofrecen beneficios a los recién nacidos

En la década de los 80 fue en Francia donde comenzaron a practicarse los nacimientos en agua, lo cual, dicen los especialistas, favorece a que el bebé llegue al mundo en condiciones de menos estrés,   mientras que la madre se relaja, al estar en una pila con agua a una temperatura de 36 grados Celsius, inclusive acompañada de su esposo o, en su caso, hasta de una partera de su confianza.

En todo el sureste son pocos los hospitales que ofrecen este servicio denominado “Parto humanizado”, que es muy solicitado en países como España, y en un nosocomio privado de la capital yucateca, desde hace dos meses, se cuenta una sala especializada y más moderna para este proceso, que se diseñó de acuerdo a las especificaciones técnicas requeridas, y que al estar separada ofrece mayor intimidad, al grado que es posible llevar el proceso hasta con música y velas aromáticas.

En un recorrido por esta nueva sala, la enfermera Leidy Torres Vidal, gerenta operativo del hospital que se ubica en la calle 60, a unos metros de la avenida Colón, explicó que a la mamá no se le acuesta, sino que se le permite realizar las actividades con  implementos como unas cortinas de las que se puede colgar para ayudarse a sentar sobre una pelota que le ayuda a tomar decisiones respecto a la posición en la que se siente más cómoda y con menos dolor.

De esta manera, se cuenta en la habitación con una cama para que si en su momento la madre así lo requiere pueda concluir el parto de manera convencional, pero además, en el caso de que se registre una complicación, y fuera necesaria una cesarea a unos metros se cuenta con quirófano.

Lejos de ser una novedad, la atención del trabajo de parto en agua como alternativa al tradicional es una práctica que se ha incrementado en muchos países por los enorme beneficios que tiene.

Al respecto, el ginecólogo del Centro de Especialidades Médicas del Sureste, CEM, Gonzalo Cárdenas Lugo, quien desde hace 15 años ha realizado en dicho hospital de la capital yucateca más de 500 “partos humanizados”, explicó que estar en una tina con el agua a una temperatura de 36 grados, permite tener una labor con efecto analgésico, la piel se hidrata y reblandece de manera significativa, lo cual disminuye de manera importante el riesgo de presentar desgarres.

Por la flotabilidad, la mamá encuentra un espacio para descansar el peso de su cuerpo y favorece la oxigenación uterina y fetal sin necesidad de estar en cama con una posición que generalmente resulta incómoda. En cuanto al bebé, hay que mencionar que la temperatura del agua favorece la transición del líquido amniótico al exterior reduciendo el trauma del nacimiento, pues el primer contacto será más relajado y paulatino.

“Al mantener la mamá al bebé en brazos pegado a su cuerpo sumergido en el agua calentita, el bebé empieza a respirar y regular gradualmente su temperatura sin prisa”, expresó Cárdenas Lugo, responsable de haber traído al mundo a más de 700 niños con este procedimiento que es muy solicitado por las nuevas generaciones.

Lo más importante es que el precio del servicio, es mucho más accesible que el de una cesárea, y similar a lo que se cobra por un parto normal, alrededor de 17 mil pesos.

Al respecto, el especialista resaltó que en la actualidad son Monterrey y Guadalajara las ciudades en las que hay más adelanto en la materia por el tema económico. 

“Obviamente, ahí existe una situación económica muy fuerte y se vende como algo muy lujoso, cosa que aquí se evitó en Yucatán”, puntualizó el ginecólogo.

Texto y foto: Manuel Pool