Editorial de Peninsular Punto Medio

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lleva varios días anunciando que presentará algunas reformas constitucionales el próximo 5 de febrero, en el marco de la efeméride de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

El mandatario federal ya dijo que, entre otras, volverá con el tema de la reforma electoral y otra para reformar el Poder Judicial, especialmente para elegir a través de voto de los mexicanos a los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Las iniciativas no se han presentado, pero ya la oposición dijo que aquello no va a suceder, pero tampoco dice que sí se puede hablar y negociar, para que transite a una reforma que le haga bien al sistema mexicano, aunque no le guste a la mayoría de la oposición.

Muchos analistas ya señalan que, por ese escenario, López Obrador no busca que sus reformas se aprueben, sino dar a las campañas políticas un tema atractivo y rentable para los candidatos de Morena y sus aliados.

Sin embargo, ese mismo tema puede servir a la oposición para afianzar su oferta política de cara a las elecciones de junio próximo. Es decir, aprovechar el tema para convencer a más mexicanos que se debe votar para cambiar el rumbo del país.

A estas alturas, cuando ni siquiera ha comenzado la campaña formal, se ve complicado que la próxima candidata de la oposición Xóchitl Gálvez Ruiz alcance a Claudia Sheinbaum en las intenciones del voto.

Pero eso no quiere decir que se vaya a tirar la toalla, ya que el mérito será bastante bueno para quien logre derrotar al régimen de la Cuarta Transformación por la alta aceptación que tiene el presidente López Obrador.