La elección más grande de México también pasará el domingo a la historia como la más violenta, con al menos 30 aspirantes asesinados y más de 200 homicidios políticos, mientras que la oposición denuncia que el crimen organizado pone en riesgo los votos en casi un 30 % del territorio.
Como sello de la violencia, en las últimas horas de las campañas, Alfredo Cabrera, candidato de la coalición opositora Fuerza y Corazón por México a alcalde de Coyuca de Benítez, en Guerrero, fue asesinado con dos tiros en la nuca.
“Esta ha sido la elección más violenta en la historia moderna de nuestro país. En términos duros, de cifras, de septiembre de 2023 al 26 de mayo de 2024, a una semana de la elección, hemos contabilizado 749 víctimas totales de ataques de violencia”, expone Armando Vargas, consultor sénior de Integralia, a EFE. Integralia, consultoría política, reportó 150.5 % más agresiones en este proceso electoral, que comenzó de manera oficial en septiembre, frente a los pasados comicios intermedios de 2021, lo que incluye asesinatos, atentados armados, amenazas, secuestros y desapariciones.
Dentro de esto, documentó 34 asesinatos de aspirantes, una cifra que se eleva a 231 homicidios al considerar también a funcionarios o exfuncionarios, políticos, familiares y víctimas colaterales.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) reconoció este martes el asesinato de 22 aspirantes, pero organizaciones independientes registran más, como Integralia, mientras que Data Cívica reporta 31, Causa en Común documenta 32 y DataInt registra 38.
Esta diferencia refleja que el “Gobierno federal sigue negando la realidad violenta del país”, opina Nancy Angélica Canjura, investigadora de Causa en Común.
“Y siempre en esta actitud defensiva. En lugar de generar condiciones de apertura y de innovación en políticas públicas para trabajar sobre estos temas, vemos cómo existe esta renuencia, incluso, a aceptar la dimensión del problema”, comenta a EFE.
La violencia baja la participación
Al analizar comicios anteriores, Data Cívica encontró que por cada agresión a un candidato la participación en la localidad en cuestión baja 1.3 %, y si la víctima es un político en funciones, como el alcalde, la caída es de 3 %, explica a EFE la vocera de la organización, Itxaro Arteta.
“Sin duda, esto es un debilitamiento a la democracia porque la ciudadanía tiene miedo de salir a votar, o no le ve sentido a salir a votar, si parece que el crimen es quien está dominando, quién define quién puede ser candidato, quién hace campaña”, advirtió Arteta.
Texto y foto: EFE