El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió que la milicia libanesa “pagará un alto precio” tras la muerte de los once niños que se produjo este sábado por el impacto de un proyectil en un campo de fútbol, disparado desde el Líbano, en la ciudad de Majdal Shams en los Altos del Golán.
Este fue el principal mensaje que Netanyahu quiso trasladar al jefe de la comunidad drusa en Israel, el keque Muafak Tarif, en una conversación que mantuvieron.
“En nombre de toda la nación de Israel transmito el pésame enviado desde el fondo de mi corazón a las familias de los asesinados y a toda la comunidad drusa”, agregó el mandatario israelí.
Tarif, por su parte, aseguró que el ataque de este sábado representa “la realidad constante” de las comunidades del norte de Israel colindantes con la frontera libanesa y que Hizbulá “cruzó todas las líneas rojas posibles”.
“Es imposible imaginar y describir las escenas de horror de los niños y sus cuerpos destrozados tirados sobre la hierba”, lamentó.
El portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, reiteró en un comunicado que el grupo chií es el responsable de este ataque, pese a que en sus canales oficiales el grupo armado negó haber atacado este campo de fútbol.
“Hizbulá mintió al mundo entero y afirmó que no habían llevado a cabo este ataque. Esto es una mentira”, sentenció Hagari.
Israel confirmó solo la tarde de este sábado la llegada de más de 40 proyectiles al norte de Israel que logró interceptar en su mayoría.
Sin embargo, sobre las 18:19 hora local un cohete impactó contra un campo de fútbol matando a más de una decena de niños y dejando a treinta personas heridas. “Este es el ataque más mortífero contra civiles israelíes desde el pasado 7 de octubre”, indicó Hagari.
Texto y foto: EFE