Transportistas se quejan del Tren Maya: no les dan trabajo

Los afectados acusan que hay un patrón de marginación en la asignación de contratos, ya que de 120 camiones que operan diario en la obra, sólo cinco de ellos pertenecen a empresas yucatecas

La exclusión de empresas yucatecas en la construcción del ramal de carga del Tren Maya ha generado inconformidad entre transportistas y constructoras locales, quienes acusan un patrón de marginación en la asignación de contratos, y advierten que podrían iniciar manifestaciones masivas si la situación no se revierte.

Representantes del Sindicato de Transportistas de la CTM en Yucatán denunciaron públicamente que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), encargada de la obra, ha favorecido a empresas externas relegando a las compañías locales a tareas mínimas. De acuerdo con William Ancona Chuc, secretario general del sindicato, de los más de 120 camiones que operan a diario en la obra, apenas cinco pertenecen a empresas yucatecas.

“Nos prometieron que esta obra iba a beneficiar a la gente de la región, que habría trabajo para todas y todos, pero hoy apenas tenemos cinco camiones trabajando, cuando sabemos que hay más de 100 en operación en este frente”, afirmó.

La molestia crece al constatar que la mayor parte de los camiones operando en la obra, tanto en el frente de Poxilá como en Paraíso, provienen de otros estados, principalmente del norte del país. Esta situación ha provocado tensión entre sindicatos y trabajadores locales que aseguran contar con la capacidad, experiencia y equipo suficiente para responder a las necesidades del proyecto.

Además del desplazamiento, señalan prácticas desleales por parte de las empresas foráneas, como el ofrecimiento de mejores sueldos a operadores locales, lo que ha derivado en la pérdida de choferes y en camiones detenidos por falta de personal.

“Nosotros cumplimos con todos los requisitos, tenemos placas locales, permisos, y aun así apenas nos dejan entrar con cinco unidades. En cambio, los camiones foráneos, algunos sin rótulos ni documentación visible, entran libremente con el respaldo de Sedena”, denunciaron.

Una de las principales inquietudes del sector es la ausencia de un control efectivo sobre los vehículos que ingresan a trabajar a la obra, y la aparente falta de cumplimiento de requisitos que a los sindicatos locales sí se les exige. Además, alertaron sobre la explotación de bancos de materiales que, según indican, habrían sido abiertos temporalmente y sin claridad sobre su regulación ambiental y técnica.

El uso de lonas con la leyenda “vehículo al servicio de Sedena” ha permitido que estos camiones transiten sin inspecciones en retenes, mientras que las unidades locales son detenidas por Guardia Nacional para revisión constante.

A esta situación se suma la preocupación de que muchas de las empresas foráneas no solo acaparen las obras públicas, sino que también están incursionando en el sector privado de la construcción en Yucatán, generando lo que califican como “una competencia desleal” que amenaza la estabilidad económica de quienes históricamente han brindado este servicio en la región.

“No estamos en contra de que vengan, pero sí pedimos condiciones justas. El dinero que ganamos se queda en Yucatán, genera empleo, paga impuestos aquí. No puede ser que quienes vienen de fuera se lleven todo y dejen al gremio local fuera de las obras más importantes del estado”, señalaron.

Finalmente, solicitaron una revisión inmediata por parte de las autoridades sobre los criterios de contratación en el proyecto del Tren Maya, la regularización de las unidades foráneas y una mayor supervisión sobre el origen y operación de los bancos de materiales.

Los dirigentes sindicales aseguran que, aunque no buscan confrontaciones ni manifestaciones, tampoco pueden seguir en silencio ante una situación que afecta directamente a cientos de familias yucatecas que dependen de esta actividad para subsistir.

“Llevamos más de 70 años trabajando como sindicato en Yucatán. Lo único que pedimos es que se nos tome en cuenta, que seamos parte de este proyecto que nos dijeron era para todos y todas”, concluyeron.

Texto y fotos: Andrea Segura