Expresa preocupación por redadas y deportaciones realizadas en Estados Unidos
La migración es un fenómeno social y natural, pero el ser humano ha levantado barreras sociales, económicas, culturales y de seguridad para frenar el desplazamiento de miles de personas en busca de un futuro mejor.
Aun así, los movimientos migratorios continúan a nivel local, regional, nacional e internacional. Hay quienes han recorrido casi un continente entero o atravesado océanos con la esperanza de encontrar una oportunidad de vida digna para ellos y sus familias.
El obispo auxiliar de Yucatán, monseñor Pedro Sergio de Jesús Mena Díaz, explicó a los fieles durante la misa de ayer en la Catedral de Mérida que este fin de semana se celebró en Roma el Jubileo de los Migrantes.
“Dios bendiga y fortalezca a todos los migrantes del mundo, especialmente los que hasta ahora no han podido cruzar la frontera hacia los Estados Unidos, así como también por aquellos que viven allá, pero con el gran temor de ser deportados; más aún, quienes tienen ya hondas raíces junto con sus familias. Esperemos que ninguna familia se fracture por esta persecución, y que esta termine pronto, al igual que la cárcel que están sufriendo tantos hermanos nuestros en Florida”, dijo monseñor Mena Díaz.
Agregó que el Papa León, durante la 111ª Jornada Mundial del Migrante indicó que: “numerosos migrantes, refugiados y desplazados son testigos privilegiados de la esperanza vivida en la cotidianidad, a través de su confianza en Dios y su resistencia a las adversidades con vistas a un futuro en el que vislumbran la llegada de la felicidad”.
Homilía dominical
El obispo auxiliar de Yucatán, durante la homilía dominical, explicó que, según San Lucas, los apóstoles le piden a Jesús que les aumente la fe, lo que provocó una serie de cuestionamientos.
Las preguntas planteadas fueron: “¿Le pedirías a Jesús que te aumente la fe, o crees que ya tienes suficiente?, y ¿cómo podrías medir la fe que tienes?”. Ante esto, Jesús respondió que hay gente que cree tener fe “aunque lo que tiene es optimismo de que le debe ir bien”.
El arzobispo hizo un llamado a la reflexión y trabajar día con día por el bien.
“El que tiene verdadera fe no es quien confía en que Dios le resuelva sus problemas, sino el que confía en que, pase lo que pase, Dios permanece junto a él”.
Texto y foto: Alejandro Ruvalcaba
