Parques del municipio de Umán, olvidados por las autoridades

Los parques, esos refugios donde la risa infantil debería retumbar como campanas de esperanza, hoy se han convertido en silencios dolorosos. Lugares que deberían ser templos de convivencia familiar, santuarios donde los niños pasan horas de felicidad lejos de las pantallas, donde los columpios, las resbaladillas y las pelotas reinan, han sido condenados al abandono. Para el Ayuntamiento de Umán, estos espacios que deberían ser vida, simplemente no existen.

La alcaldesa Kenia Walldina Sauri Maradiaga, quien dice representar a los umanenses y asegura trabajar “por el bien del pueblo”, se ha desvanecido de los barrios, colonias y fraccionamientos. A escasas cuadras del Palacio Municipal, dos parques languidecen en el olvido, asfixiados por la falta de mantenimiento.

Niños y familias observan, resignados, cómo esos rincones que deberían ser alegría hoy se han convertido en ruinas de lo que alguna vez fue su descanso.

Lo que antes era diversión, ahora es temor. 

En el parque ubicado en las calles 8A por 3, conocido como Arcos II, los vecinos denuncian un escenario digno de una historia oscura: alumbrado deficiente, basura esparcida como si el lugar estuviera maldito, y una inseguridad que cae sobre las noches como una sombra espesa.

“Cuando se vuelve de noche, ya no es seguro acercarse. Es pequeño el parque, pero con esa luz, (alumbrado público) no puede uno sentirse seguro. Los policías municipales nunca pasan, y de la Estatal, viene más seguido, se estacionan un rato acá y luego se van”, relató la señora Laura, vecina que vive a dos cuadras de ese espacio consumido por el abandono.

Y si eso fuera poco, a pocas cuadras, en las calle 6A por 19A, se encuentra otro parque hundido en un olvido todavía más profundo. La hierba crecida cubre los juegos, como si la naturaleza quisiera esconder la negligencia. No se barre, no se limpia, no se atiende.

“Tengo 16 años viviendo aquí, y pasan las administraciones, solo vienen le dan una pintada y no regresan. Las calles, cuando compré mi casa acá, estaba petrolizada, y ahora, ni parece que acá hubiera calle, parece camino blanco”, lamentó Fidencio, vecino de la zona.

Al parecer, la prioridad no son los parques ni las calles. La prioridad de las autoridades es celebrar el 35º aniversario de la ciudad de Umán con grupos musicales de renombre, espectáculos ostentosos y escenarios brillantes por los que, el ayuntamiento, pagan miles de pesos por unas cuantas horas.

 Texto y foto: Alejandro Ruvalcaba