SUR DEL ESTADO.-Evoca nostalgia recordar las costumbres que, hace algunas décadas, eran parte del folclore decembrino. Muchos de quienes hoy son adultos o personas de la tercera edad recordarán con claridad los grupos de niños que, a partir del primero y hasta el 15 de diciembre, recorrían las calles para “cantar la rama” y así recolectar dulces y dinero con el fin de comprar algún juguete de la época.
Actualmente, resulta muy difícil ver a esos grupos de niños. Antes, sosteniendo una pequeña caja decorada con la imagen del Niño Dios, la virgen de Guadalupe o de algún santo, y una rama adornada, se detenían en cada hogar y negocio entonando esa famosa y tradicional canción que inicia: “Me paro en la puerta me quito el sombrero / Porque en esta casa vive un caballero…” Al finalizar las estrofas, los dueños de la casa o negocio les daban dulces o monedas.
Hoy es extraño ver a grupos infantiles realizando el recorrido por su cuenta. En su lugar, se observa a familias completas —madres o padres acompañando a sus hijos—, una situación que refleja los tiempos actuales.
Inseguridad
Poco a poco, la inseguridad ha generado incertidumbre y desconfianza en los padres, quienes prefieren no permitir que sus hijos salgan sin supervisión a realizar esta tradición.
La rama, que iniciaba, como se menciona, desde el primero de diciembre, es una época que trasciende en la memoria y atesora recuerdos imborrables para muchos yucatecos. Es, desafortunadamente, una tradición de gran valor cultural que se va perdiendo en los municipios de Yucatán.
Texto: Bernardino Paz
Foto: Archivo




