Procedentes de Estados Unidos, llegan de forma ilegal a la República mexicana por lo menos 250 mil armas al año, las cuales están en manos de civiles, dijo Alejando Celorio Alcántara, exconsultor jurídico del Gobierno de México y miembro del Servicio Exterior Mexicano.
Al participar en el “Conversatorio México vs Industria armamentista de EU: Desafíos jurídicos en la lucha contra el tráfico ilícito de armas”, organizado por la Facultad de Derecho de la UNAM, señaló que si no existiera la Ley Placa en Estados Unidos, la cual otorga inmunidades judiciales jurisdiccionales a esa industria, México sería más seguro.
“Los recursos destinados para responder a la violencia en los últimos 20 años quizá pudieron haberse dirigido a mejorar los sectores educativos, de vivienda y salud”, dijo.
Puntualizó que no es fácil demandar a una industria poderosa para “cerrar la llave de las armas”. Quien tuvo el valor, dijo, fue el gobierno mexicano en el periodo anterior. Se trata de una querella civil por daños en la que el gobierno mexicano se presenta como persona afectada, pero no es contra el gobierno de Estados Unidos, ni de los estadounidenses, tampoco es una controversia constitucional.
Por primera vez en la historia de Estados Unidos un gobierno extranjero demanda a la industria de las armas.
“Nos metimos a un tema crucial contra 10 empresas, pero desistimos de dos de ellas con oficinas centrales en Austria (Glock) e Italia (Beretta). El reto fue superar la ley de inmunidades vía la no extraterritorialidad de una ley estadounidense y una de no inmunidad”, resaltó.
En México, describió, hay más de 4.5 millones de armas provenientes de la nación norteamericana, entre ellas AR15 calibre .50; ametralladoras Browning calibre .50; lanzacohetes; fusiles AK-47; o lanzagranadas y granadas, que son de uso exclusivo del Ejército.
Además, 17 millones están en manos de civiles y tan solo en 2019 su venta se incrementó 35%; las incautadas provienen de Estados Unidos, mientras que el 30% restante llega a México de Brasil, Alemania y República Checa.
Texto y foto: Agencias