Alumnos de Construyendo Sonrisas muestran su sensibilidad con el arte

La agrupación Construyendo Sonrisas anunció que  sus alumnos expondrán “Bajo la luz de su alma”, una muestra compuesta por 35 cuadros que se exhibirán durante un mes en el restaurante Amaro, con piezas disponibles para la venta.

En conferencia de prensa, la presidenta de la agrupación, Mariana Rodríguez Casares, informó que el centro se ubica en el fraccionamiento Vergel y actualmente atiende a 125 niños y jóvenes con discapacidad intelectual, autismo y síndrome de Down.

Destacó que el taller de pintura es impartido desde hace 19 años por el artista Roy Sobrino, y que las obras tienen un precio de 1,500 pesos. La mitad de los ingresos se destina a los artistas para su uso personal, y la otra mitad, a la compra de materiales para seguir produciendo arte.

Rodríguez Casares explicó que la agrupación brinda atención educativa en distintas etapas: independientes uno, dos y tres, además de un área de estimulación temprana para niños desde los 45 días de nacidos, con el objetivo de frenar el avance de la discapacidad.

“Se necesita el ojo clínico del médico y el acompañamiento de los padres para estimular desde el inicio. También contamos con talleres de hortalizas y bisutería, donde promovemos la inclusión laboral”, señaló.

Subrayó que el propósito de la institución es que los niños y jóvenes se conviertan en personas productivas e independientes.

“Se imparten terapias de lenguaje, de extremidades superiores e inferiores; es una institución que cubre todas las áreas”, afirmó.

Comentó que también hay quienes elaboran pan y bisutería. En el taller aprenden rutinas laborales, incluyendo la venta de sus productos. 

“Se les enseña incluso a abordar el camión. Es un proceso largo; no es que entren en septiembre y en junio ya estén listos para trabajar. Actualmente, tenemos cinco chicos con empleo”, precisó.

Por su parte, el artista Roy Sobrino Sierra detalló que el taller artístico lleva 19 años realizándose y que las obras reflejan la emoción de los alumnos.

“Lo que el público interprete puede variar, pero hay piezas de arte abstracto y figurativo. Son niños muy sensibles y talentosos; pueden cantar, hacer jardinería, entre otras cosas”, destacó.

Indicó que las clases se imparten una vez por semana en dos turnos: de 9 a 11 y de 11:30 a 13 horas, y subrayó la importancia de que existan este tipo de espacios.

Sobrino, también exponente del arte abstracto en Yucatán, mencionó que esta corriente tiene gran presencia en el estado, y que existe un libro titulado “10 pintores abstractos en Yucatán” donde se aborda esa representatividad.

Texto y foto: Darwin Ail