Las empresas de tecnología como Lenovo, Dell EMC y Microsoft no son ajenas a las aulas de clase, por el contrario, se han vuelto un elemento importante en la transición tecnológica que está viviendo el sistema educativo.
Dell EMC en alianza con Territorium cuenta con la plataforma -para niños y maestros- de educación virtual en donde se cuelgan contenidos de diversas organizaciones, se le da seguimiento a lo que estudian los alumnos y se mapea lo que van aprendiendo para dar resultados personalizados.
“Tenemos convenios con varias organizaciones (Khan Academy, MIT Blossom, Eduspark, Busuu, entre otras) que han desarrollado contenidos. Estos contenidos están gratuitos en la nube, simplemente lo que hacemos es organizar todo este contenido con base en las competencias que están desarrollando los estudiantes”, dijo Alessio Hagen, director de innovación en educación de Dell. La plataforma de la empresa está en la nube, pero si la escuela en donde se implementará no cuenta con una conectividad adecuada, se puede guardar la plataforma en un servidor dentro de la misma institución.
La solución con un servidor básico y la plataforma, en una escuela multinivel con 60 alumnos por grado puede llegar a costar mil 500 dólares; una infraestructura con más almacenamiento y procesadores para una escuela con aproximadamente mil 500 alumnos cuesta hasta 6 mil dólares. A pesar de que la base en materia de educación de esta empresa es el hardware, – Laptops, Desktops y Workstation- Samir Estefan, gerente de educación de Lenovo para Latinoamérica, asegura que actualmente se están enfocando en maximizar la experiencia en el uso de las máquinas, “nos estamos focalizando en aplicaciones embedidas dentro de la máquina que apoyen el proceso educativo”.
Las apps que desarrolló y está utilizando la tecnológica son dos: Lenovo Learning Suite y Lanschool (ambas funcionan sin internet).
Por su parte, Microsoft considera que su rol en la educación es empoderar y reconocer a los docentes a través de su tecnología, ayudarlos a documentar sus prácticas y a que formen parte de una red en la que puedan compartir experiencias.
– El Financiero