Para poder limpiar el terreno que es utilizado como basurero en el municipio de Celestún, se requiere la intervención de autoridades de Yucatán, y de Campeche, debido a que este ocupa una parte del territorio campechano.
El delegado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en Yucatán, Guillermo Porras Quevedo, indicó que la basura que se genera actualmente no se tira en ese punto, sino que es llevado al basurero municipal de Mérida.
Sin embargo, detalló que los tres niveles de gobierno con presencia en Yucatán comenzaron una serie de estudios del espacio para poder limpiar y recuperar el espacio impactado con residuos.
“El polígono o el espacio territorial de ese basurero realmente es jurisdicción de Campeche, el limítrofe con Yucatán, pero es de Campeche, se ha estado trabajando de manera coordinada con el estado de Campeche, la contaminación es de todos”, mencionó el funcionario.
“La realidad es que el gobernador Joaquín Díaz Mena ha intervenido, se ha involucrado de manera directa para darle solución, pero tenemos que trabajar de manera coordinada por cuestiones también territoriales, pero si está la línea de limitación o de divisora de ese territorio es de Campeche, lo que pasa es que el acceso es por Celestún, pero la realidad es que es Campeche”, dijo el delegado de Semarnat.
Se detalló que las autoridades campechanas están trabajando con las de Yucatán, con el fin de tener acciones directas, “porque se necesitan varios elementos de coordinación porque realmente no es nada más llegar, tocar la puerta y poner un sello, los sellos son un atento llamado a no lo hagas, porque puede ser una sanción que se pueda complicar, pero, la verdad es que los quitan o no les importan y lo siguen haciendo”.
Aunque, no hay una fecha para que el terreno sea saneado y se recupere el ecosistema en la zona, antes de finalizar el 2025, se deberá tener un plan para evitar más contaminación del lugar.
Porras Quevedo explicó que, para poder darle un destino final, es necesaria la intervención de las autoridades, así como de posibles empresarios interesados en el tratamiento de los desechos, pues se vuelve un negocio.
Texto y foto: Alejandro Ruvalcaba
