Cientos de visitantes se “cargan de energía” en Dzibilchaltún

Unas mil quinientas personas acudieron ayer lunes a presenciar el fenómeno del solsticio de primavera en el templo de las Siete Muñecas en la milenaria Dzibilchaltún. Kin llegó puntual para  iluminar los pasillos de esta ancestral construcción maya.

Debido al fenómeno, varios cientos de personas rompieron la rutina para acudir a este centro ceremonial y contemplar la presencia del disco solar iluminando el histórico edificio, marcando con ello el nuevo tiempo, según los mayas.

Unos mil quinientos asistentes, fueron testigos pasadas las 6:12 de la mañana, del paso del disco solar por este monumento, que enmarca un proceso matemático y astronómico sin precedente para su tiempo, que cautiva aún más hoy en día.

El dios Kin, como se conoce al sol entre los mayas, desplegó su potencia en la fresca mañana de marzo, permitiendo a decenas de personas admirar este prodigio, idealizado por esta ancestral cultura mesoamericana, que predecía el nuevo tiempo y la llegada de la siembra, la renovación de la milpa, asociado a la idea con el rejuvenecimiento.

En tanto que, de manera científica se detalla que el equinoccio de primavera en el norte y el de otoño en el sur, se concretó este 20 de marzo a las 4:28 am, hora de México -10:28-, tiempo universal.

Se explica que, equinoccio es una palabra que significa “noche igual”: sucede que, el día es igual en tiempo, que la noche, y que representa para muchas culturas el equilibrio entre las fuerzas de la luz y las de la oscuridad, tiempo en que según los mayas el sol regresaba a darle presencia a la vida.

Este evento matutino en Dzibilchaltún, sirvió para que varios cientos de personas, al igual y como sucedía hace muchas centurias, se realicen actos ceremoniales, vestidos de blanco, sonando caracoles, con el sonido de tunkules, estableciendo un proceso místico.

Atraídos por la condición natural, algunos más por costumbres tradicionales, otros por modas del momento que establecen una posibilidad de creencia y religiosidad.

Con todo ello, la ancestral Dzibilchaltún fue el primer escenario donde se presenció de manera plena el inicio de la primavera. Según establecen estudiosos mayistas, este fenómeno se representa en al menos 18 sitios arqueológicos, pero en la actualidad, Chichen Itzá y Dzibilchaltún, es donde la presencia del disco solar ofrece espectáculos impresionantes.

“Con la nueva cuenta del tiempo”, el inicio de la primavera anuncia la siembra de la milpa, la espera de las nuevas lluvias y los tiempos de las cosechas que generan vida.– José Cortazar Navarrete

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