Deyanira Trinidad Álvarez Villajuana
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Hoy quise compartirte como siempre, un tema muy interesante, que, de hecho, puede salvar vidas. Al aprender a identificar los tipos de distorsiones cognitivas o pensamientos erróneos que son comunes en la depresión y que pueden conducir al suicidio, se contribuye de forma directa con la salud mental. Te recomiendo ampliamente que leas con atención lo siguiente, y que las próximas semanas pongas mucha atención, pues compartiré la segunda y tercera parte. Si detectas en ti o en alguien más algunos de estos errores de pensamiento, a un nivel elevado, es momento de buscar ayuda profesional, y quedo para servirte en esta área. Cuentan conmigo. Las ideas irracionales más frecuentes son:
1.- Filtro de pensamiento. La mente se enfoca de manera significativa en los hechos que se consideran negativos y se magnifican, mientras que se minimiza o desecha lo que es genuinamente positivo. Palabras clave: terrible, tremendo, horroroso, no puedo resistirlo, no podré con esto.
2.- Pensamiento todo o nada. Se le dificulta a la persona, ver los matices grises entre el color negro y blanco. Por esta tendencia a la inflexibilidad, la persona puede llegar a verse perfecta o fracasada, sin entender la variedad de posibilidades entre estos dos extremos, ni que el “fracaso” depende de cómo se decida verlo, pues no es un hecho, es una interpretación personal. En síntesis, no existe término medio.
3.- Generalización excesiva: Se llega a una conclusión general de un evento específico, tomando como evidencia un caso, para afirmar un principio que se cree universal. Por ejemplo, si se tiene una mala experiencia con un hombre o una mujer, o un grupo determinado de personas, se tenderá a pensar que “todos son iguales”, cuando la realidad es diferente. Es como tener un prejuicio negativo como parte del bagaje a cuestas. Palabras clave: todo, nunca, nadie, siempre, todos y ninguno.
4.- Lectura del pensamiento: Basándose en interpretaciones sesgadas e inadecuadas de la realidad, la persona cree saber qué piensan y sienten los demás hacia ella, y por qué se comportan de la forma en que lo hacen. En concreto, se cree capaz de saber lo que está en el interior de la psique de otros, siendo por lo general “negativo”, sin tener las bases sobre ello, lo cual conduce a un mayor estado depresivo, formándose un círculo vicioso.
5.- Visión catastrófica: Se vive en una continua expectativa del desastre. Por ejemplo, la persona se entera o escucha sobre el covid-19, y empieza a decirse: “Y si”: “¿Y si me contagio, y si le pasa a mi familia?, pero de forma excesiva, y muchas veces sin hacer algo al respecto. En este caso, la persona que piensa que puede ser contagiada del covid-19, pero no lleva a cabo las recomendaciones de las autoridades en materia de salud, distancia social, cuidados oportunos, poco logrará mitigar la posibilidad de ocurrencia. Sus pensamientos sólo harán que se vuelva ansiosa o deprima, pero no constituirán una fuente que aliente a la protección consciente de ella y su familia.
Para reflexionar: Pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. (1 Corintios 15:57).




