Legado de don Carlos Fernando López Pacheco sigue vivo en el trabajo de sus descendientes

El taller mecánico, ubicado en la calle 61 por 76 y 78 de Mérida, es la escuela de los cuatro de los seis hijos de Carlos López, quien se dedicó a este oficio desde 1972

Desde muy joven Carlos Fernando Lopez Pacheco aprendió a darle valor al trabajo que primero desempeñó como ayudante en un taller de clutch y frenos, donde con mucha paciencia y dedicación aprendió el oficio y en 1972 abrió uno propio.

Fue en este lugar, ubicado en la calle 61 por 76 y 78 del centro de Mérida, el que se convirtió en escuela para cuatro de sus seis hijos, que en la actualidad, se dedican a este ramo en diversos puntos de la capital yucateca, donde gozan del reconocimiento de la clientela.

“Nos gustó el trabajo que hacía mi papá (quien falleció hace unos años), y lo aprendimos, no fue difícil precisamente porque lo hacemos con gusto”, dijo Josafath Lopez Sosa, quien reconoce y agradece el esfuerzo que realizó para sacar adelante a toda la familia con su trabajo diario que sin duda, es el ejemplo que siguen.

Fueron seis hijos los que Carlos procreó en su matrimonio con Clara Beatriz Sosa Ayala, quien en la actualidad cuenta con 77 años de edad: Carlos, Zacil, Josafath, Gene, Nicte Ha y Emir; en los primeros años de matrimonio habitaron en un predio ubicado en la calle 99 por 52 de la colonia Dolores Otero.

“Gracias al esfuerzo de mi papa en el trabajo, poco a poco las condiciones económicas de la familia mejoraron y nos cambiamos de casa, nos pasamos por el rumbo de San Esteban y hasta tuvimos ciertas comodidades”, relata Josafath, quien en la actualidad cuenta con el apoyo de su hija Valentina para administrar el negocio que es el mismo que inició su padre: “clutch y frenos López”.

“Estamos especializados en servicio ligero, atendemos desde autos compactos y hasta camiones de tres toneladas, mientras que mi hermano Gene atiende en su taller ubicado en el kilómetro 8.5 de la carretera a Umán servicio pesado” explica el entrevistado, quien comenta que su hermana Zacil junto con su esposo Andrés Espinosa tienen con su taller en la colonia Díaz Ordaz y el de Emir está en la calle 59 por 34 de la Esperanza.

Los hijos de Carlos dicen estar muy orgullosos de haber heredado parte de los conocimientos de su padre y seguir manteniendo su negocio.

“Estamos orgullosos de haber heredado parte de los conocimientos de mi padre y seguir manteniendo su negocio”, comenta Josafath, quien destaca que se requiere de un trabajo intelectual para saber el diámetro y las medidas exactas de cada pieza que se emplea para la reconstrucción de las balatas y clutchs. En la actualidad nuestro entrevistado no duda en dejar el mostrador o la oficina para meter mano a una pieza cuando falta alguno de sus colaboradores o hay urgencia de entregar un trabajo.

“Mi papá siempre nos decía antes de armar o desarmar una pieza, que todo tiene su principio en cuanto a su funcionamiento”, explica el entrevistado, quien recuerda que su padre acostumbraba verificar si el problema que el cliente le reportaba estaba relacionado con su especialidad, lo que a la fecha continúan realizando.

Por su parte Josefath, contrajo matrimonio hace 32 años con María José Escalante Escobar con quien procreó cuatro hijos que ahora cuentan con una carrera profesional, Maria José Lopez Escalante es Licenciada en Diseño de Modas, Josafath es Piloto Aviador y radica en Monterrey; Cecilia que estudia Ingeniería Mecánica y Valentina es Licenciada en Administración de Empresas.

Texto y fotos: Manuel Pool / Cortesía

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