Cruz Azul está de vuelta en una final internacional. En una noche de tensión absoluta en Ciudad Universitaria, La Máquina resistió, se cansó de fallar, pero pitó en el momento perfecto y con gol en los últimos minutos de Ángel Sepúlveda se clasificó a la cita con la gloria de la Concacaf Champions Cup 2025. Ahora irá por su séptima estrella del área, con el Vancouver de la MLS como su último obstáculo. 1-0 final, 2-1 en el global.
Por un boleto a la final del torneo, con los Whitecaps en espera de rival y un ambiente pletórico en Ciudad Universitaria, así arrancó el duelo decisivo de semifinal en la capital. Fue un comienzo bastante confuso para el equipo local. Los celestes no se encontraron sobre el césped, tampoco pudieron hilar pases consecutivos y estuvieron cerca de pagarlo caro.
Todo parecía inclinarse en contra del conjunto cementero. Sobre todo cuando se fue abajo en el marcador apenas a los dos minutos de juego. Un centro lejano fue recentrado por Jesús Ángulo. Nicolás Ibáñez nunca lo perdió de vista y clavó el balón en la red con un remate certero que el portero Kevin Mier fue incapaz de detener. Sin embargo, una bandera levantada por fuera de lugar del apodado Stitch lo canceló todo. El festejo visitante se frustró y la casa se salvó cuando todo apenas se acomodaba.
La Máquina tuvo el primer susto de la noche muy temprano en el cotejo, pero esa fue la reacción que tanto necesitó para mantener su ventaja de gol de visita. El equipo cruzazulino despertó poco a poco, fue más participativo e intenso a la hora de crear peligro, pero sin preocupar demasiado realmente. Lo más relevante fue un remate de Nacho Rivero, quien solo en el área a la altura del punto penal no pudo definir mejor. El Patón Guzmán salvó con una atajada a tiempo, pero el asedio local era cada vez mayor.
La visita, obligada a marcar un gol para no quedar eliminado, comenzó el complemento en otra versión. Córdova avisó con un disparo que atajó Mier. La respuesta celeste no tardó, Sepúlveda tuvo el primero, pero Guzmán hizo lo suyo con reflejos felinos y salvó otra vez.
En un juego que tenía que definirse así, tuvo que llegar un error para que el marcador pudiera inaugurarse. Marcelo Flores cometió una mano en el área con apenas unos minutos en el campo. El joven pagó la novatada, el árbitro marcó penalti desde el VAR y Ángel Sepúlveda lo convirtió en gol, a pesar de la atajada de Nahuel.
La noche terminó pintada de celeste. Cruz Azul resistió el poder felino y le pegó en el momento justo a su rival. La Máquina va por la séptima y el sueño internacional está a sólo una final de distancia.
Texto y foto: Agencias
