Da señales de no dar marcha atrás a la guerra comercial

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio señales de no querer dar marcha atrás en su guerra comercial, el mismo día en que aprobó la imposición de aranceles del 25% contra México, Canadá y del 20 % a China, sus principales socios comerciales y en el que remató que esto apenas comienza.

“Otros países han usado los aranceles contra nosotros durante décadas y ahora es nuestro turno de comenzar a usarlos contra otros países”, afirmó Trump, quien recordó que el 2 de abril se pondrán en marcha “aranceles recíprocos” contra sectores y países que graven a los productos estadounidenses.

Además, solicitó al Legislativo fondos federales para completar “la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”, un mensaje lanzado después de que su nueva Administración no haya logrado alcanzar la media de deportaciones mensuales de su antecesor, Joe Biden. sacó pecho este martes de sus primeras semanas de mandato, reivindicado los recortes en el gasto federal y su agresiva política arancelaria, en una bronca sesión en el Congreso, con constantes interrupciones y abucheos de la bancada demócrata.

Seis semanas después de regresar a la Casa Blanca, el líder republicano dio el primer discurso de su segundo mandato ante las dos cámaras del Congreso, que batió un récord histórico de duración de 1:42 horas.

“Estados Unidos ha regresado”, arrancó un Trump triunfal, desatando la primera de las muchas ovaciones de apoyo de los republicanos, que ostentan la mayoría en el Congreso, le dedicaron a lo largo de la noche.

“Hemos logrado más en 43 días de lo que la mayoría de las administraciones logran en 4 u 8 años, y apenas estamos comenzando”, reivindicó el republicano, quien tras su regreso al poder ha firmado un número inédito de órdenes ejecutivas y ha sido acusado por la oposición de saltarse con ello el poder del Congreso.

El mandatario presumió de la orden que rebautiza el golfo de México como golfo de América y de la que declara el inglés como idioma oficial de Estados Unidos.

Pero sobre todo, dedicó buena parte de su lista de logros a la guerra cultural conservadora, pues destacó el fin de las políticas de inclusión y diversidad en el Gobierno y el veto de las mujeres trans en competiciones deportivas femeninas.

En el palco de honor, además de la primera dama, Melania Trump, y otros invitados, destacaba la presencia del magnate Elon Musk, quien ha demostrado una enorme influencia en la Administración de Trump como encargado de llevar a cabo un recorte sin precedentes del gasto público.

El presidente le dijo al hombre más rico del mundo que lo está “haciendo muy bien” al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental, que cerró la histórica agencia de cooperación Usaid y capitanea un despido masivo de empleados federales.

“Los estadounidenses nos han dado un mandato para realizar un cambio audaz y profundo que abarque casi 100 años”, afirmó.

Texto y foto: EFE / Agencias