El escritor hace una visita al Centro de Reinserción Social de Tijuana y platica con los internos sobre su experiencia en la creación de textos y sobre su más reciente libro “Juglares del Bordo”
“HASTA LA VIDA MÁS REPETITIVA, MÁS RUTINARIA, PUEDE SER LA MAYOR AVENTURA SI SOMOS CAPACES DE CONTARLA”, afirmó ayer a presos del penal de Tijuana el autor mexicano Daniel Salinas, quien les animó a escribir para sacar sus “demonios”.
El escritor explicó a medio centenar de reos del Centro de Reinserción Social de Tijuana el contenido de su libro “Juglares del Bordo” y su experiencia en la creación de textos.
Comentó que, en primer lugar, se convirtió en lector y empezó a “vivir otras vidas” sin necesidad de salir de su cuarto.
Luego, como una “consecuencia lógica” de su afición, empezó a dedicarse a la escritura, cuando se dio cuenta de que las palabras eran como “piezas de Lego” que estaban dispuestas a ser unidas.
Durante su labor de reportero, a la que se dedicó durante años, aprendió a buscar historias en los ojos de la gente, a no tener certezas y a dudar de todo.
Y cuando se quedó sin trabajo, supo que era el momento de darle una oportunidad a su pasión e “invitar a la imaginación”.
Una herramienta que, junto con las palabras, siempre ha estado presente en su vida y le ha ayudado a salir adelante, aseguró a los internos.
Salinas animó a los asistentes a escribir sus propias historias, preguntando tanto a sus “demonios” como a su “niño interior”: “Cuando lo pones en papel, es como si te hubieras sacado un demonio de adentro”.
Si escriben, “créanme que va a ser como si subieran a una nave y viajaran muy lejos”, agregó el autor.
Después de su charla, algunos de los presos alzaron la mano para interrogar al escritor o para hacer algunos comentarios.
Uno de ellos le narró una historia que escribió hace algún tiempo y que salió publicada en un compendio de relatos, mientras que otro exreo compartió que escribía de manera regular en un par de revistas que publican historias de gente que “ha tocado fondo”, pero que han logrado superarse y reintegrarse en la sociedad.
“La vida de nosotros como internos no puede ser aburrida. Rompemos las reglas, nos salimos de lo ordinario”, reflexionó uno de los internos, quien opinó que si cada uno hiciera una historia “sería impresionante”.
Salinas coincidió con esa idea y recordó que no hace falta tener estudios o hablar con grandes palabras para contar un relato.
“No necesitamos un doctorado para escribir, las palabras son suyas”, insistió el autor, quien además se mostró partidario de que los textos no se queden con el autor.
Aunque la escritura “la empecemos como ejercicio de salvación o de liberación, al final es para compartirse”, dejó el autor como reflexión final.
La 36 Feria del Libro de Tijuana se desarrolla en esa ciudad del estado de Baja California hasta el próximo domingo e incluye cerca de un centenar de actividades, entre las que destacan el homenaje al escritor Juan José Arreola por el centenario de su nacimiento.
Texto y fotos: El Universal