De padre amoroso a homicida de fotógrafa

El asesinato de la canadiense Barbara McClatchie hace unos días ha dejado impactados a los habitantes de Kinchil, quienes todavía no dan crédito que uno de sus vecinos, J.C.L.M, originario del estado de Veracruz haya cometido el sonado crimen.

Los kinchileños califican al chofer del ADO detenido como una persona reservada y poco sociable en el pueblo.

Miel sobre hojuelas

Fue en el 2008 cuando, durante su servicio en la Zona Militar de la 42 Sur de Mérida, la kinchileña M.T.Ch al conoció a J.C de 29 años pues ambos eran castrenses.

Un año después, en 2009 sellan su matrimonio en la ciudad de Mérida, todo era miel sobre hojuelas para esta joven pareja.

Poco tiempo después, el jarocho deserta del Ejército e ingresa a la policía estatal, mientras que su esposa T.Ch continuó un tiempo más en la milicia.

Abandona a su familia

El hombre empezó a presionar a su esposa para que abandone  el servicio porque estaba embarazada, la mujer cede y se da de baja de las fuerzas armadas.

Ante esto toman como opción irse a vivir a Kinchil a la casa de sus suegros, pero después de dar a luz a una hermosa hija, el hoy acusado dejó a su esposa y se marchó a su natal Veracruz a finales de 2010.

Luego de ser abandonada por su marido, la mujer logra salir adelante con el apoyo de su familia. Los parientes cercanos no descartan que ella aun sentía algo por él y posiblemente tenían comunicación.

En septiembre de 2015, el sujeto regresó con “las manos vacías” pidiendo perdón e intentando salvar a su familia, la mujer accedió  a regresar.

Desempleado

Durante ese lapso vivieron momentos duros, pues no encontraba un trabajo fijo y hasta vendió comida tradicional veracruzana pero tampoco tuvo éxito.

Hace apenas dos meses la pareja hizo un préstamo bancario, pues ya tenía la opción laboral del ADO y las cosas comenzaban a mejorar en su familia. Esa línea camionera de la ruta Cancún-Mérida le pintaba un panorama alentador.

Los vecinos reconocen que, a pesar de ser reservado y poco platicador, era una persona respetuosa y que mostraba cariño por su hija de 6 años a quien llevaba a la escuela en sus días de descanso.

Al final, el lado oscuro del veracruzano apareció cuando le tocó transportar a la fotógrafa canadiense de Cancún a Mérida. La tentación del dinero fácil lo invadió.

Lo invade la tentación

Versiones señalan que durante el viaje, logró tener empatía y charlar con esta reconocida fotógrafa de NatGeo, lo que culminó en la muerte de la mujer perpetrándola con la misma correa de su cámara y arrojando su cuerpo cerca de la hacienda Teya.

El cadáver tenía el rostro desfigurado, dejando dudas si le pasó el neumático o en su marcha la aventó hasta golpearse en el pavimento y de esta forma tratar de engañar a la ley para pensar que se trataba de un atropellamiento.

Lo último que vieron los vecinos del ex militar es que el pasado fin de semana salió con su equipaje para darse a la fuga.

Durante el cateo del domingo por la mañana, testigos comentaron que el personal de la FGE y Semefo al término de las diligencias sacó una maleta propiedad de McClatchie Andrews, donde estaba el costoso equipo de fotografía profesional y un fajo de dólares, la tentación que motivó a un padre amoroso a convertirse en un asesino.-Acom

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.