Descacharrización, un trabajo extra para vivir

Don José Roberto Uc Cen, uno de los mil 500  brigadistas  que participó durante la cuarta jornada de descacharrización de la Secretaría de Salud en las comisarías de la ciudad de Mérida, comentó: “Yo tengo trabajo y lo que sacó acá es un extra. Empiezo a las 8:00 y termino a las 15:00 horas y me pagan 200 pesos”.

Mucho se habla de las toneladas recolectadas, de la inversión hecha al programa para evitar los  criaderos de moscos transmisores de dengue, chikungunya y zika, la población beneficiada, pero pocos o casi nadie, comparte lo que un brigadista vive durante siete horas de jornada laboral.

Por lo anterior, Punto Medio acompañó a los tripulantes del volquete número 30 durante su trabajo, el cual no es nada fácil. Las altas temperaturas que se viven en ese lapso es considerarse, más cuando no hay donde resguardarse de los rayos del sol. Esto, aunado al riesgo de sufrir un cortadura de un objeto punzocortante  o una mordedura de perro. Todo, era de esperarse.

El recorrido inició.  Arriba de la caja del volquete,  Jonathan Francisco Canul Cahuich de 16 años de edad y don José, de 40, eran los encargados de recibir la basura que se recolectó durante el trayecto.

Una gorra, una camisa larga y un pantalón de mezclilla,  en el caso de don José, era la única protección que tenía. Las manos quedaban expuestas a cualquier accidente que los cacharros pudieran ocasionarle; sin embargo, no era obstáculo para cumplir con la encomienda.

Mientras el volquete avanzaba, Jonathan  compartió, algo tímido,  que era su primer día y que no encontró muchos cacharros, pero se dijo optimista ya que apenas iniciaba la jornada.

A pesar de ser joven, expresó no tenerle miedo al trabajo, mucho menos cuando se busca contribuir al sustento familiar, ya que -200 pesos son muy buenos-.

Al respecto, don José, como un libro abierto, nos compartió su experiencia durante estos dos fines de semana que participó en la campaña.

Comentó que durante el recorrido por diferentes puntos de la ciudad se recolectaron varios televisores analógicos, tan es así, que se tuvo que hacer dos viajes para continuar con la ruta de recolección.

Don José, quien vive en el municipio de Tixpehual, señaló que existen puntos donde el volquete  queda a su máxima capacidad como en el sur de la ciudad, mientras que en el norte, queda casi vacío.

Lo anterior consideró que se debe a la falta de consciencia que hay entre la ciudadanía sobre las consecuencias que puede tener uncriadero de mosquitos. –Hay  gente que lo que tiene lo vende al chatarrero, pero hay gente que es ignorante y lo junta-.

Con  una familia de tres integrantes, él incluido, 200 pesos vienen a dar un respiro a su finanzas. “Yo tengo trabajo pero no trabajo sábado y domingo,  y esto es un extra. Son 200 al día, nos dan la comida. Ellos me pasan a buscar, me traen y me llevan. No pago pasaje”, dijo. Don José y Jonathan son tan sólo dos  historias de vida que se hacen presente durante estas campañas de descacharrización y que muchas veces, pasan desapercibidas.-Jesús Gómez

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