Editorial de Peninsular Punto Medio

El Parlamento Abierto por la Reforma Eléctrica cumplió ayer su segundo día en la Cámara de Diputados y estas son dos versiones distintas de ver el tema.

Carlos de María, vicepresidente de la Academia Mexicana de Derecho Energético (Amde), explicó que el crecimiento industrial y de población en el país requiere una demanda de satisfacción eléctrica muy importante. Imponer un modelo monopólico ante la realidad, dijo, es incompatible y no cumplirá las metas en materia eléctrica.

La inversión privada es algo positivo y favorable para el desarrollo del país porque ha logrado incrementar la base de generación para la CFE, mejora las tecnologías, hace los procesos competitivos y da contratos equitativos.

El Estado debe ser el rector, pero con colaboración de los sectores privados, públicos y sociales.

Nicolás Domínguez, maestro en Física por la UNAM y doctor por la Universidad de Texas, expuso que en nuestro país el 10 por ciento de las empresas particulares del sector controla el 40 por ciento de la generación privada, a la cual no le gusta la competencia, pero su principal competidor, que es la CFE, la subsidia.

Además, a pesar de las promesas de uso de energías limpias, usan generadores de gas natural, lo que es parte de los engaños en que se basó la reforma energética de 2013.

Resaltó que esta reforma no expropia siquiera un metro de cable y deja a los productores que no hayan violado la ley un 46 por ciento de un negocio de 6.4 millones de millones de pesos.

Lo dicho, hay dos visiones encontradas.