Editorial de Peninsular Punto Medio

“Nos dieron un palo sabroso”. Eso dijo el empresario Ricardo Salinas Pliego, quien se volvió noticia (tendencia en redes), luego de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación desechó un amparo en un pleito legal con el SAT, que obliga a Elektra a pagar 2.6 mmdp en impuestos.

El palo puede ser mayor, ya que entre todos los créditos fiscales el SAT pretende cobrar al magnate mexicano más de 40 mil millones de pesos y, para colmo, las acciones de Grupo Elektra se fueron en picada, por primera vez en 52 semanas.

La caída fue del 4.07 por ciento, es decir, de 56.75 puntos, para finalizar en 1336.96 unidades, al cierre del mercado el día de ayer.

No hay dudas de que la Corte dio palo al polémico empresario en donde más duelo: el bolsillo, pero más en el ego del empresario que ha dicho a los cuatro vientos que no va a pagar nada.

De hecho, su empresa anunció que la cosa no se queda allí, ya que van a ir a “instancias internacionales”, aunque especialistas sobre el tema aseguran que no logrará nada y que ya es hora de pagar.

A la par, la gente se ha mofado de él por el cierre parcial de su cuenta en Twitter, provocado por reclamos que otros usuarios han hecho por “incitar al odio”.

Salinas Pliego se defendió diciendo que se está limitando su libertad de expresión, porque buscó defenderse de los ataques en su contra.

Es un caso que ilustra lo que ya no se va a permitir a los grandes contribuyentes, pues el que debe pagar lo tendrá que hacer, así le tengan que hacer “manita de puerco”.