Editorial de Peninsular Punto Medio

Acompañado de su gabinete económico, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, presentó ayer el “Paquete contra la Inflación y la Carestía” en la conferencia de prensa de Palacio Nacional, también conocida como La Mañanera.

Tal como se esperaba, el anuncio causó reacciones diversas entre los empresarios, académicos, especialistas y partidos políticos. Y cada grupo jaló agua para su molino.

Por ejemplo, y como es lógico, aunque no tengan la razón, los diputados federales del PAN criticaron las medidas implementadas en el plan y lanzaron una expresión que debió doler al inquilino de Palacio Nacional: “el Presidente está recurriendo a medidas neoliberales para combatir la inflación como las que implementaron los ex presidentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari”.

Pero, como decíamos, es un discurso al que se regresa una y otra vez para criticar todo lo que se propone desde la Presidencia de la República.

El Paquete Contra la Inflación y la Carestía abarca un paquete integral de medidas para incluir mayor producción interna de alimentos y estabilizar los precios de la canasta básica de 24 productos y busca el beneficio de la economía popular como resultado del acuerdo entre el Gobierno de México, productores, distribuidores y comerciantes, entre ellos: Los productos de la canasta básica incluidos en este acuerdo contra la inflación y la carestía son: aceite vegetal, arroz, atún en lata, azúcar morena, bistec de res, cebolla, chile jalapeño, chuleta de puerco, frijol, huevo, jabón de tocador, tomate saladet, leche, limón, manzana, naranja, pan de caja, papa, papel higiénico, pasta de sopa, pollo entero, sardina, tortilla de maíz y zanahoria.