Editorial de Peninsular Punto Medio

Al recibir la toga como integrante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la nueva ministra Lenia Batres Guadarrama se lanzó con todo contra ese colegiado, e incluso criticó el alto sueldo que perciben y que supera, por mucho, las percepciones del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Sus palabras desataron una ola de críticas porque se da por un hecho que llegó al cargo para defender las causas obradoristas, pero hay que recordar que allí las resoluciones se dan por mayorías, lo que indica que sus pares pueden frenar cualquier intento de quedar bien con el presidente, lo cual dudamos, pues ella, al final, deberá interpretar y hacer respetar la Constitución.

Aquí parte de sus palabras, para que cada quien se haga sus juicios:

“Tenemos una Corte enfocada en casos que tienen fuertes implicaciones políticas que, incluso, involucran afectaciones al orden público y al interés social, como la declaración de invalidez de leyes o de normas que buscan proteger los bienes nacionales; caso de la Ley de la Industria Eléctrica o distribuir el poder, como la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales”.

“No tenemos una Suprema Corte subordinada a la Constitución, sino una Constitución subordinada a la Suprema Corte”.

“Soy producto también de esta época, de nuestra época, que exige… construir una democracia real en la que puedan desarrollarse las personas indígenas y afromexicanas, con discapacidad, de la comunidad LGBTTTIQ+, quienes viven en la pobreza, que obliga a las personas servidoras públicas a responder con respeto y lealtad a la nación y a nuestro pueblo y a no abusar del poder”.