Nunca entenderemos por qué al actual gobierno federal le interesa tanto dividir a los mexicanos y al país con discursos de odio y de reproche que en realidad nunca llevará a nada nuevo. ¿Por qué ese afán de buscar siempre un enemigo a quien enfrentar en lugar de un amigo en quien apoyarse para salir adelante?
¿Qué le pasa a nuestro Presidente que todos los días tiene que atacar a algún sector de la población? ¿En realidad hay esperanza en su cabeza o sólo hay remordimiento y enojo¿, porque es básicamente lo que todos los días demuestra con sus expresiones, sus gestos, su sonrisa burlona y sus críticas.
En esta ocasión fue a la clase media de nuestra población. Ya no fue a los sectores de poder o a esa clase privilegiada a la cual ha llamado de múltiples maneras, sino que ahora se mete con ese sector de la población que tiene ganas de salir adelante y que se esfuerza todos los días por estudiar y tener mejores ingresos.
¿Acaso quiere que todos sean pobres? ¿O está mal aspirar y debemos quedarnos —jódidos—y esperar que el gobierno nos mantenga? ¿En realidad es eso lo que espera de los mexicanos? Si esa es la clase de presidente que tenemos, entonces ya sabemos cuál es el tipo que país que quiere para nosotros, uno sin aspiraciones, sin sueños, sin independencia, y a lo mejor sin alma. Lo sentimos, pero acá seguro muchos estaremos muy en contra del Presidente.
