Ejercicios de fuerza podrían combatir el insomnio en adultos mayores

En los últimos años, la ciencia ha demostrado que la actividad física es una herramienta poderosa para mejorar la calidad del sueño. Si bien el ejercicio aeróbico se relaciona con un mejor descanso, estudios más recientes ponen el foco en el entrenamiento de fuerza como una estrategia eficaz para combatir el insomnio. 

¿Cómo puede el levantamiento de pesas o los ejercicios de resistencia ayudarte a dormir mejor? La relación entre el ejercicio y el sueño ha sido ampliamente estudiada. Se ha comprobado que la actividad física regular ayuda a conciliar el sueño más rápido, reduce los despertares nocturnos y mejora la duración y la calidad general del descanso. 

Uno de los mecanismos clave es la regulación del ritmo circadiano. El ejercicio promueve la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, y ayuda a sincronizar el ciclo de vigilia-sueño. Además, la actividad física contribuye a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que en exceso puede dificultar el descanso. 

Tradicionalmente, se ha recomendado el ejercicio aeróbico (correr, nadar, andar en bicicleta) para mejorar el sueño. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que el entrenamiento de fuerza puede ser igual o incluso más efectivo en algunos casos como la población adulta mayor con insomnio.

Además, en el mismo artículo, la entidad Sleep Foundation afirmó que, según la ciencia, quienes realizan ejercicios de resistencia experimentan un sueño de mayor calidad y duración en comparación con quienes solo hacen ejercicios aeróbicos.

La influencia del entrenamiento de fuerza en el sueño, trae grandes beneficios, como son: reduce la ansiedad y el estrés. El ejercicio de fuerza disminuye los niveles de cortisol y promueve la liberación de endorfinas, lo que genera una sensación de relajación y bienestar antes de dormir.

En segundo lugar, mejora la calidad del sueño profundo, ya que esta fase de sueño es crucial para la recuperación del cuerpo, como lo exponen investigaciones recientes, donde han demostrado que el entrenamiento de fuerza aumenta el tiempo en esta fase, lo que mejora la reparación muscular y la sensación de descanso. 

Por último, favorece la producción de melatonina. La melatonina es clave para dormir bien, y se ha observado que el entrenamiento puede favorecer su producción al ayudar a regular el ritmo circadiano. 

datos a destacar

Un estudio en Sleep Health Journal encontró que quienes practicaban entrenamiento de fuerza tardaban menos en conciliar el sueño en  comparación con quienes no hacían ejercicio.

Se demostró que el ejercicio de fuerza mejora la continuidad del sueño, reduciendo los despertares durante la noche.

Texto y fotos: Darwin Ail