El cambio climático duplicó la probabilidad de que hubiera lluvias fuertes y nevadas en una reciente tormenta en el mar Negro, indica un informe organizado por World Weather Attribution y difundido ayer en el Reino Unido.
El análisis sobre el temporal Bettina, que afectó a varios países de Europa del Este el pasado noviembre, fue realizado por 10 científicos de la organización World Weather Attribution, que se dedica a examinar los efectos del calentamiento del planeta en los fenómenos meteorológicos extremos.
El estudio concluye que el cambio climático causado por el ser humano hizo que las precipitaciones fueran un cinco por ciento más intensas y dos veces más probables en la tormenta Bettina, que causó grandes nevadas en Moldavia, Bulgaria, Rumanía y Ucrania, así como potentes lluvias en gran parte de la península de Crimea, el este ucraniano y Turquía.
Al menos 23 personas, la mayoría en Ucrania, murieron durante el temporal, donde los vientos huracanados de hasta 120 km/h provocaron un oleaje que, entre otras cosas, dañó las barreras de protección del puente de Crimea, que une a Rusia con la península anexada.
Unos 2.5 millones de ciudadanos se vieron afectados además por cortes de electricidad y daños en la infraestructura y el transporte.
En una rueda de prensa por internet, Julie Arrighi, directora del Centro del clima de la Cruz Roja – Media Luna Roja, dijo que la guerra entre Rusia y Ucrania “exacerbó el impacto de la tormenta Bettina”, sobre todo en los desplazados por el conflicto, particularmente la gente mayor, los niños y las personas con discapacidad.
Para cuantificar el efecto del cambio climático sobre las fuertes lluvias, nevadas y vendavales, los científicos analizaron datos meteorológicos registrados en los observatorios junto con simulaciones de modelos climáticos.
Su intención era comparar cómo este tipo de evento ha cambiado entre el clima actual, con aproximadamente 1.2°C de calentamiento global, y el clima preindustrial más frío, explicaron en la rueda de prensa.
El estudio examinó el promedio de precipitación en tres días (nieve y lluvia combinadas) y la velocidad máxima promedio en ese mismo periodo del viento, en un área alrededor del mar Negro que abarca regiones de Ucrania, Rusia, Moldavia, Rumanía, Bulgaria, Turquía y Georgia.
Al contrastar los datos históricos, los investigadores estimaron que, en los niveles actuales de calentamiento global, pueden esperarse velocidades del viento como las de la tormenta Bettina una vez cada tres años, mientras que las precipitaciones de igual intensidad ocurrirán de promedio una vez cada 20 años.
Los expertos señalaron que el calentamiento de origen humano es asimismo lo que provoca más precipitaciones en forma de lluvia, en lugar de nieve, lo que puede dar lugar a inundaciones de mayor gravedad.
La influencia del cambio climático en los fuertes vientos detectados en Europa del este no está tan clara, reconocieron los autores.
Mariam Zachariah, investigadora del Instituto Grantham de Cambio climático y Medio Ambiente del Imperial College de Londres, dijo que los hallazgos del equipo “están en línea con análisis anteriores, que muestran que la frecuencia de las fuertes lluvias y las tormentas de nieve alrededor del mar Negro está aumentando con el cambio climático”.
Zachariah apuntó que contaron con suficientes datos para realizar su análisis a pesar de que algunas estaciones meteorológicas estaban ubicadas en zonas de conflicto.
Texto y foto: Agencias