El caso Rubiales y el falso feminismo

René Emir Buenfil Viera 
psicrenebuenfil@gmail.com

El #SeAcabó es tendencia en redes sociales para manifestar el hartazgo de las mujeres por el acoso sexual que viven día a día, tal como el beso en la boca sin consentimiento (es más, antes se le montó encima) que recibió Jenni Hermoso después de haber ganado con su equipo la copa del mundo, por parte de Luis Rubiales, que ha sido suspendido como presidente de la Federación Española de Futbol. También ha habido manifestaciones de apoyo a Jenni en las calles, marchas multitudinarias que exigían la dimisión de Rubiales, hasta que lo consiguieron, porque la primera declaración de Rubiales al respecto fue “no voy a dimitir”, mintiendo sobre un supuesto consentimiento a todas luces inexistente. 

Entiendo que este señor se emocione, ¿pero también besa a hombres en la boca cuando ganan el mundial? Probablemente no, y aunque lo hiciera, de todos modos estaba la posición de poder que tenía desde su antiguo puesto, aún así, pasó días justificando lo injustificable, con tal de aferrarse al poder que le daba esa posición que ocupaba, ahora su madre se puso en huelga de hambre dentro de una iglesia. Este incidente, que intentaron barrer bajo la alfombra como algo insignificante, fue tan simbólico del comportamiento machista que fue tomando dimensiones cada vez más grandes, y otras cabezas empezaron a rodar antes que la de Rubiales. Hoy se tienen necesarias e incómodas conversaciones sobre este tema tan polémico. ¿Se puede un fútbol femenil sin violencia de género? Claro, sin cúpulas llenas de machistas agresivos que se sienten con el derecho de besar jugadoras por la emoción del momento con el pretexto de que no es para tanto. Conversación válida no sólo para el fútbol femenil español, sino también para el mexicano y el yucateco.

Los hombres podemos entender el consentimiento sexual y su diferencia con el acoso, los hombres podemos formarnos en perspectiva de género para ocupar nuestros puestos de trabajo procurando la igualdad de oportunidades, los hombres podemos dejar atrás el conservadurismo y la cerradez mental para dar paso a posturas más respetuosas del derecho a las mujeres de vivir una vida libre de violencias, nosotros(as)  como sociedad encumbramos y empoderamos a estos energúmenos que se sienten intocables despreciando el poder femenino, así que somos quienes podemos también exigir rendición de cuentas, procurar la equidad y la igualdad de oportunidades y sumarnos a las luchas sociales justas, aunque no pertenezcamos al grupo en cuestión, los hombres también podemos decir alto al machismo y a las LGBTfobias en los deportes, y celebrar las victorias sin acoso, mientras no entendamos el #MeToo, el #SeAcabó y sigamos con el gaslighting de que las mujeres “exageran”, estaremos contribuyendo a un mundo lleno de desventajas para las mujeres sólo porque no se nos pega la gana renunciar al uso excesivo del poder, ya que el poder absoluto corrompe absolutamente. La cultura de la paz y la colaboración son posibles hoy, empecemos a sembrar nuestro granito de arena.