Señalan deficientes servicios en la zona arqueológica más visitada del país
A nivel nacional, Chichén Itzá es de las zonas de patrimonio arqueológico más visitadas, pues de acuerdo al INAH, en 2021, pese al covid-19, recibió a un millón 743 mil 388 paseantes, superando en afluencia a Teotihuacán que registró la visita de 919 mil 514 personas.
Pese a ser uno de los sitios de mayor captación en el país de turismo nacional e internacional, es lamentable que, por cuestiones políticas y recortes presupuestales, esta maravilla del mundo esté siendo descuidada al grado que se ha permitido que continúe invadida por vendedores ambulantes, que ofrecen hasta baratijas chinas, y grupos de guías charlatanes, que sin preparación inventan historias que le cuentan a los turistas cuando preguntan por alguna cuestión sobre el sitio.
A todo ello se suma la falta de servicios adecuados para atender a los visitantes, como sanitarios limpios y suficientes, y personal bilingüe en recepción y taquillas.
Las deficiencias
Comerciantes formales y guías de turistas del sitio expusieron varias deficiencias en los servicios y que los visitantes señalan con frecuencia como la insuficiente capacidad del estacionamiento, aunado a la plaga de vendedores ambulantes, algo que el antropólogo Sergio Grosjean Abimerhi, subraya, es algo que se ha venido denunciando desde mínimo hace 20 años.
“Es ridículo que no le hayan puesto freno desde un principio, y eso fue por cuestiones políticas, nadie quiere aventarse el tiro y perder votos, pero no es posible que Chichén Itzá, siendo una de las maravillas del mundo tenga vendedores adentro”, recalcó el antropólogo, quien criticó la falta de capacidad de negociación por parte de las administraciones federales y estatales, lo que mantiene las cosas igual de mal que hace 20 años.
El INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) y el gobierno del estado vía Secretaría de Finanzas y la Agencia de Administración Fiscal, captan millonarios recursos por concepto del cobro de entradas, por lo que es inconcebible que no se tengan los recursos para brindar un servicio adecuado como sí ocurre en otros países.
Falta mantenimiento
Es vergonzoso que existan quejas en temas como la continua falta de mantenimiento a los sanitarios, ya que los prestadores de servicios y guías afirman que no falta la ocasión en la que algún mingitorio o excusado esté fuera de servicio, esto porque con tal de ahorrar sólo se cuenta con una persona dedicada al mantenimiento del lugar, mientras que a tal grado se ha recortado el presupuesto, que los custodios del Instituto Nacional de Antropología no portan un uniforme que los identifique, razón por la que cuando llaman la atención a los visitantes sobre alguna cuestión relacionada con el covid y otras restricciones terminan siendo ignorados.
“Mientras el gobierno Federal invierte cientos de millones de pesos en obras estúpidas, a Chichen Itzá, que es tan importante, se le tenga tan descuidado, en proceso de abandono”, subrayó Gossjean Abimerhi, quien dijo que es increíble que no se puedan poner de acuerdo el INAH y el Gobierno del Estado para que se realice un solo cobro para ingresar al sitio. (Esto ocurre sólo en Yucatán, específicamente en las zonas arqueológicas en las que se cuenta con un parador turístico).
Necesitan hablar inglés
La ausencia de empleados que hablen inglés atendiendo la taquilla es una situación que genera amontonamientos y tediosas filas entre los visitantes que aguardan para ingresar a la zona arqueológica.
Es debido a que en las taquillas no hay personal que hable adecuadamente el inglés que hasta se llega al extremo de apoyarse en la calculadora o el celular para mostrar a los visitantes la cantidad a pagar a la Federación o al Estado. Y a todo esto se suma la falta de información a la vista que detalle acerca de las tarifas de ingreso y las restricciones para el acceso, en este caso de alimentos.
“Muchas veces nos piden a los guías de turistas que ayudemos como intérpretes para dar instrucciones a los visitantes, ya que es común la deficiencia con la que hablan inglés los empleados de Cultur, INAH o del Gobierno Federal, una situación que deberían resolver las autoridades de turismo”, dijo otro de los informantes, quien pidió el anonimato por temor a posibles represalias.
Acoso de vendedores
Y una vez que los visitantes ingresan de inmediato son acosados por los vendedores ambulantes, y hasta no falta quien se asuste al momento en el que uno de los oferentes los agarra descuidados y sopla los silbatos de barro que imitan el rugido del jaguar.
“Eso no es nada agradable y menos si después se ríen de uno, como acostumbran sin tino los ambulantes”, comentó uno de los visitantes que se quejó de la falta de suficientes sillas de ruedas para facilitarles a quienes las requieren por ser adultos mayores o por tener alguna lesión.
Otro de los problemas que es patente es la carencia de baños durante el recorrido, así es que la recomendación por parte de los guías es que antes de iniciarlo haga sus necesidades fisiológicas en el parador turístico, que se recalca son insuficientes cuando hay días de gran afluencia como los que se espera se vivan de nueva cuenta en los días en que ocurre el equinoccio.
Baños saturados
En los periodos mayor afluencia, la zona arqueológica es visitada por más de diez mil personas al día, mismos que saturan los servicios sanitarios, aunado al hecho de que algunos están inservibles, recalcó en este tema que, dijo, ya es añejo y no ha recibido la atención de las autoridades de turismo ni del sitio arqueológico.
Y ante esta situación, es una realidad que los vendedores de artesanías y demás personas que laboran en el interior de la zona arqueológica tienen que realizar sus necesidades fisiológicas en el monte, lo que es inadecuado y antihigiénico, un foco de infección.
Además del ruido que generan, entorpecen el paso de los turistas, los molestan y asedian con la venta de sus productos, expuso el guía, quien rechazó que los vendedores ambulantes de Chichén Itzá sean en su totalidad artesanos, supuestos herederos de la cultura maya, ya que la mayoría son comerciantes.
“El tema de estacionamiento es también un problema, porque el existente siempre se encuentra saturado y el visitante tiene que dejar su vehículo en el poblado de Pisté”, señaló un comerciante, quien considera que similares problemas son visibles también en otros sitios arqueológicos como Ek Balam, Uxmal, Mayapán y Dzibilchaltún.
Texto: Manuel Pool
Fotos: Manuel Pool / Cortesía