El sueño de un capote creciò en él un poco más cada día. Érase una vez, empezaría como otros tantos cuentos esta historia, un rubio niño francés. Infancia en lances y muletas…soñando con Manolete, con José Tomás, con Juli… Un niño con el toreo entre las pestañas, conquistando ruedos, anhelando alberos…
El pequeño con una edad muy temprana dejò su hogar para venir a España a sentirse y hacerse matador, se vino a una excelente escuela taurina, inocente su mirada y pura su fuerza, aspecto de niño y acento francés, sangre y ole, torería y verdad, valor y arrebato… Así era él…
Hoy el niño es adolescente. Con una elegancia torera importante. Un capote de versos diferentes, una muleta original y propia, muchas tardes de ovaciòn y triunfo, y muchas ganas de crecer y de ser. Alguien distinto a los demás, alguien que aporta cosas a un mundo de tantos y tan ricos matices.
Se llama Adrien Salenc!
Dedicado a Adrien Salenc
A Juli y su Escuela Taurina de Arganda
Dedicado a cada novillero que lucha
Dedicado a los genios soñadores
Dedicado a Luisito, niño y luchador