Por Carmen Garay
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Transcurre este martes a la hora de comer cuando, de pronto, toca a la puerta un joven de 20 años -eso dice, pero pienso que apenas entrará a la prepa-, con unas tarjetas en la mano, su morral en la espalda y pregunta, respetuosamente, “¿Me permite hacerle tres preguntas?”. Y está tan bien uniformado y es tan educado que no me pude negar a “regalar cinco minutos”.
“¿Conoce el Programa Escudo?”. Entonces se agolparon en mi mente muchas imágenes, propaganda en televisión, fotos y más fotos, declaraciones, entrevistas, posters, notas y más notas en los periódicos acerca de sus alcances, sus ejes de acción y la autorización de una inversión de mil 500 millones de pesos para llevarlo a cabo.
Pienso yo ¿en qué invertiríamos mil 500 millones de pesos? Nadie en su sano juicio se endeuda para pagar algo que no necesita; nadie en su sano juicio se endeuda para comprar algo que no funciona. Pero esa cantidad, que ha implicado licitaciones con bancos, análisis y estimaciones, me genera confusión al recordar que, con esa cantidad, entre otras cosas, se adquirieron e instalaron cámaras que no fueron útiles para identificar quién delinque al verter ácido en varias calles recién remozadas; cámaras que medio sirven para grabar e identificar a un tipo que tala ilegalmente arbolitos en la Avenida Líbano. Entran también en las compras los espacios de televisión que grabaron spots con el Secretario General de Gobierno.
Recuerdo además los feminicidios y las agresiones a “fuereños”, cuando viene la pregunta “¿Le gustaría que el secretario le visitara?”. Y antes de que responda, el joven extiende la mano y me entrega un díptico cuya portada tiene la imagen institucional de gobierno y el título “Comité de Policía Vecinal”.
En ese papel que me entregaron, se destacan con letras en rojo: “Nuestro mejor escudo es cuidarnos entre nosotros mismos”. Efectivamente, las cámaras no sirven de nada si no hay denuncias, las patrullas y el resto de estrategias -muy atinadas, según se lee, como Escudo Comunitario y Escudo Productivo- no funcionarán sin la participación de los ciudadanos. El verdadero escudo está en la prevención social del delito.
Entonces ¿para qué mil 500 millones? Por lo pronto, también para imprimir cientos o miles de dípticos institucionales por fuera, pero con fotografías del Secretario General de Gobierno al interior, que promueven su imagen y su nombre indebidamente. Lo importante debiera ser, como dijo en su momento el Gobernador, mantenernos seguros, pero, por lo visto, alguien únicamente escuchó “hay que estar un paso adelante”.
En estos tiempos pre pre electorales, debemos tomarle la palabra al gobierno: fortalecer nuestros valores y nuestros lazos.
En esta labor nada tienen que hacer las fotos y las encuestas de un funcionario determinado, ni en este tema ni en cualquier otro.
Si a esas vamos ¿cómo estará la información acerca de los programas de regreso a clases?




