Están libres, pero sin empleo

Es preciso buscar un mecanismo de apoyo para aquellos internos que buscan una reinserción en la sociedad, ya que nadie les brinda ayuda y muchos recaen en su intento de trabajar dignamente. Carlos Cortés Montero, integrante de Pastoral Penitenciaria, señaló que ni el gobierno ni los grupos religiosos tienen organismos de apoyo para darle soporte a aquellas personas que egresan del Cereso y buscan tener un trabajo digno y una oportunidad en la sociedad.

Cortés Montero, jubilado, quien acude al Cereso de la ciudad tres veces por semana para apoyar a internos y trabajar en un proceso de acercamiento y actividades culturales y literarias, dijo que, hace falta que el gobierno y también los grupos religiosos puedan integrar un organismo de apoyo para aquellas personas que han cumplido su pena con la sociedad y buscan reinsertarse en la vida.

“Tengo 10 años en Pastoral Penitenciaria junto con mi esposa. Venimos a darle cuidados y atención a muchas personas que han perdido la esperanza”, señaló. “Podemos hacerlo aquí adentro con algunas personas, pero es muy difícil hacerlo allá afuera”, agregó.

“Integramos un grupo de 10 personas, todos venimos y aportamos lo que tenemos para otras personas, algunas de ellas no tienen privilegios porque han cometido crímenes muy graves y no pueden salir de su sección para estar en otras áreas”. Hablamos con ellos, de alguna manera somos su única familia, porque hay personas a las que no las visita nadie”, comentó el entrevistado.

Cortés Montero comentó que muchos exreclusos hacen el intento por trabajar de manera digna al salir del Cereso, pero se encuentran con las puertas cerradas, ya que nadie les da trabajo por haber estado dentro de un penal. Por ello, sugirió establecer un organismo que pueda ayudar a reinsertar a estas personas y que no regresen al Cereso.

Señaló que hay personas que no pueden convivir con otras debido a los problemas por los que han pasado, por los crímenes cometidos y la condición de purgar condenas largas en sitios apartados.

Platicó que para los reclusos Pastoral Penitenciaria es un soporte donde se les ofrece ayuda, pláticas, atención y, en ocasiones, actividades educativas y artísticas. Incluso, varios de los convictos llegan a cumplir sus condenas y 4 ó 5 de ellos viven bien afuera.

“Hemos seguido los pasos de 4 ó 5 personas que han cumplido sus penas, que ahora tienen una nueva oportunidad afuera y van ganando terreno. Pero hay muchas más que tras un periodo corto de tiempo vuelven a caer en el delito, ante la falta de oportunidades para superar sus condiciones”, reveló.

Por ello, exhortó al gobierno y la propia arquidiócesis a tener un organismo o grupo de apoyo para brindarles soporte a las personas con antecedentes penales.

 

José Cortazar Navarrete

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