Las visitas fueron realizadas por los representantes de la Semarnat
Durante dos días, la Secretaría de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambio Climático y Energía (Semabicce) y Pronatura Península de Yucatán A.C. brindaron un recorrido a representantes de la Semarnat, que impulsan el Programa Nacional de Restauración, en el que se visitan distintas iniciativas comunitarias que se desarrollan dentro del Corredor Biológico Balam Beh, con el fin de llevarse estas experiencias en su tarea de buscar áreas que puedan ser restauradas mediante este programa nacional.
Este Corredor es un espacio clave que conecta más de 402 mil hectáreas de selvas y territorios para garantizar el tránsito libre de especies como el jaguar, además de conservar servicios ambientales vitales como el agua y la biodiversidad, así como el fomento a actividades sostenibles como ganadería regenerativa, apicultura y turismo de naturaleza.
Durante el primer día, se visitaron tres ranchos ganaderos que, con el acompañamiento de Pronatura Península de Yucatán, están dejando atrás la ganadería extensiva para implementar prácticas de ganadería silvopastoril, como el uso de cercos eléctricos y vivos, bancos de proteína y libre pastoreo que permiten aprovechar mejor el terreno sin desmontar la selva. El primer rancho, de don Gildardo Camacho, ya está en un nivel intermedio; el segundo, de don Eugenio Gómez, ha dado ya los pasos iniciales; y el tercero, de Ramsés Moo, con más de cinco años de trabajo, cuenta con un sistema avanzado que demuestra beneficios reales para el productor y el medio ambiente. Ninguno de estos ranchos utiliza agroquímicos, apostando todo a un manejo orgánico que contribuye a la salud del ecosistema.
También se visitó el proyecto de la Unidad Agrícola Industrial de la Mujer (Uaim), de la comunidad de Altamira de Zináparo, quienes se dedican a producir implementando la agroecología, como rotación de cultivos, el mejoramiento de suelos con microorganismos de montaña, elaboración de bioinsumos y bancos de semillas. Un ejemplo claro de cómo la reconversión productiva recupera suelos degradados y generar ingresos sostenibles.
Durante el segundo día, la jornada inició en el Centro Ecoturístico Cenotes de Miguel Colorado, donde ejidatarios decidieron desde 2010 conservar su selva, formando un Área Destinada Voluntariamente a la Conservación (Advc) que pasó de ocho mil a más de 20 mil hectáreas. Hoy, gracias al turismo de naturaleza, en sitios como la Laguna Moku y el cenote Miguel Colorado, encuentran una fuente de ingreso que protege la biodiversidad y mantiene corredores naturales para el jaguar, siendo ejemplo a nivel nacional.
En el Ejido 5 de febrero, se visitó a las señoras Maricela Santiago y Maricela Salazar, quienes con esfuerzo y dedicación han creado huertos familiares agroecológicos. Utilizan bioinsumos naturales para producir alimentos sanos, fortaleciendo la economía familiar y demostrando liderazgo femenino que transforma la tierra sin agroquímicos.
Luego, se visitó una Escuela de Campo enfocada en apicultura, donde reforestan con plantas melíferas, producen miel de calidad y la transforman en productos para venta, generando valor agregado. El modelo protege a las abejas, claves para la polinización.
Finalmente, se visitó el Ejido Reforma Agraria, que recientemente recibió su registro como Área Destinada Voluntariamente a la Conservación (Advc), para conservar más de cuatro mil hectáreas. Aquí, productores combinan sistemas silvopastoriles con la protección del bosque, mostrando que es posible producir y conservar al mismo tiempo. Además, platicaron acerca de sus proyectos en puerta y lo que les gustaría hacer en este nuevo esquema de conservación de su selva en el que se encuentran.
Texto y foto: Agencia