El niño nunca sonreía. Estaba maleducado y pareciera que disfrutaba molestando a los demás. En verdad era muy infeliz, y en su hogar no encontraba calor ni amor ni educaciòn. Aquella mañana había llamado gorda a una pequeña y había insultado a uno de sus compañeros. Los chiquillos estaban tristes… El niño pertenecía a un curso superior al suyo.
La profesora tuvo una idea…
Pintarían una de las paredes. Era blanca, y ellos pasarían la mañana dotándola de vida y de cosas hermosas. Pintaron claveles y rosas, de un color rojo muy intenso, como la sangre derramada por el elegante Pablo Aguado en un ruedo madrileño. Pintaron estampas malagueñas de Picasso y playa a modo de homenaje a Jiménez Fortes…
Estaba quedando precioso! Pintaron tulipanes amarillos como recuerdo para una compañera holandesa que convalecía por una rodilla rota. Pintaron muchos magos pequeños, así le enviaban toda su fuerza al torero extremeño Alejandro Talavante. Y también banderas extremeñas para el recientemente herido Miguel Ángel Perera.
La pared bailaba con vida propia!
Pintaron las niñas y los niños una estampa de caza y muchísimos caballos, así mandaban ánimo a Luisito, un pequeño como ellos luchando fuerte en un hospital. Pintaron el mar de Alicante y escribieron Manzanares en letras de tono azul, también el alicantino pasaba por momentos duros. Y dibujaron también estrellas, árboles.. sombreros… Cosas bonitas!
Y al acabar todos estaban alegres!
Dedicado a todos los matadores convalecientes, especialmente a mi mago, a Perera, Pablo Aguado y José María Manzanares
Dedicado a todas las personas enfermas con un beso y un envío de ánimo
Dedicado a Luisito, con todo mi cariño y con un gran beso para él