Artesanos, ejidatarios y guías de turistas bloquearon desde las siete de la mañana de este lunes los accesos a la Zona Arqueológica de Chichén Itzá en demanda de la destitución del director del lugar, Marco Antonio Santos Ramírez
Artesanos, ejidatarios y guías de turistas de Pisté, y de otras comunidades cercanas como X-Calacop, San Francisco, Kaua y Yaxunah, bloquearon desde las siete de la mañana de este lunes los accesos a la Zona Arqueológica de Chichén Itzá en demanda de la destitución del director del lugar, Marco Antonio Santos Ramírez, a quien le atribuyen un trato déspota e irrespetuoso en el ejercicio de sus funciones.
Además, piden que se expropien 700 hectáreas enclavadas en el lugar y que se destine el 15 por ciento de los ingresos que cada mes capta el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) por concepto de entradas al sitio, que por cierto en 2022 fue el más concurrido a nivel nacional con más de dos millones y medio de visitantes.
La cuestión es que con esta protesta, a las que se sumaron líderes comunitarios y el Secretariado de Pueblos Indios de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (Cioac), se ocasionó una grave afectación y pérdidas económicas importantes, ya que ante el bloqueo carretero, agencias de viajes emitieron, a través de sus redes sociales, avisos de cancelación de sus recorridos a Chichén Itzá, la mayoría procedente de Cancún y la Riviera Maya, mientras que también se reportó un tránsito lento en la autopista.
El reporte policíaco informó que unas 150 personas colocaron ramas de árboles, neumáticos y sogas sobre la vía federal, a la altura del Colegio de Bachilleres, y de esta manera evitaron la entrada de autobuses y vehículos hacia el estacionamiento del parador turístico de la zona arqueológica.
Sobre este tema, Arturo Chab Cárdenas, director en Yucatán del INAH, señaló que la institución se mantendría respetuosa de las manifestaciones de los ambulantes y personal turístico que siente afectado; y dijo que los turistas podrían ingresar a la zona arqueológica a través de un camino alterno, pero según se informó esto no se logró dado que el bloqueo fue general.
Las negociaciones fueron encabezadas por el subdelegado de la oficina de Representación de la Secretaría de Gobernación (Segob) en Yucatán, Juan Cristóbal Orozco Alonso, pero no trascendieron, incluso lo sacaron bajo chiflidos y exigencias de los demandantes, mientras que en las inmediaciones elementos de la Guardia Nacional y de las policías estatal y municipal estaban al pendiente de que no se registraran agresiones de los manifestantes hacia las autoridades o los turistas.
Por su parte, el INAH emitió un comunicado en el que señala que, aunque los inconformes justifican el cierre de la carretera por el hecho de que no se les permite trabajar libremente en la zona arqueológica, la realidad es que entre los principales organizadores del bloqueo, el regidor de Morena del municipio de Tinum, Carlos Galdino Nahuat Mex, y Mariela Pech Uh, ex candidata a la alcaldía de dicho municipio al que pertenecen Pisté y Chichén Itzá, son conocidos por la venta clandestina de permisos para ejercer el comercio de forma ambulante dentro y fuera de la zona arqueológica, así como a la reventa de accesos al sitio a través de los dos grupos de guías que tienen bajo su control.
Entre los líderes del grupo de inconformes se encuentra también el comisario ejidal de Pisté, Armando Dzul Mex, a quien en un comunicado interno autoridades del INAH manifiestan que se le ha impedido afectar áreas verdes al pretender deforestar para abrir nuevos espacios de estacionamiento y cobrar por su uso, al igual que en su momento lo intentó su predecesor en el cargo, Evelio Mis Tun.
También se señala a Dzul Mex por cobrar cuotas a guías y comerciantes argumentando que están en propiedades ejidales, y por dar lugares a comercios irregulares como venta de paquetes turísticos en contubernio con el regidor Carlos Galdino Nahuat, quien encabeza la agrupación de guías “Tu guía Yucatán”.
En este apartado, vale la pena recordar que un video que subió un turista a las redes respecto a la información que recibió de un guia en su recorrido por Chichén Itzá, terminó por sacar a la luz pública una red de reventa de accesos a la zona arqueológica a cargo de una asociación de “guías” que no son certificados por el INAH y que cometieron abusos contra visitantes proporcionándoles información falsa.
En un boletín, el INAH resaltó que en la Zona Arqueológica de Chichén Itzá reconoce la existencia de ambulantaje, reventa de entradas, deforestación de áreas verdes para abrir estacionamientos, cobro de cuotas y trabajo infantil.
En el escrito, autoridades del INAH manifestaron que una de las inconformidades de los líderes es que se les solicitó no emplear niños para abordar a los visitantes ya que esto es una modalidad de explotación infantil.
De igual modo, los encargados de preservar el sitio han tenido que solicitar a los grupos ambulantes que no coloquen lonas porque obstruyen la vista a los visitantes al tiempo de señalarles que tienen áreas específicas para ofertar sus productos.
Sin embargo, el Instituto tuvo que poner orden porque los turistas son asediados constantemente por el ambulantaje sin permitirles el libre paso e incluso con situaciones de confrontación de visitantes que reaccionan con molestia ante el acoso de algunos ambulantes.
Las autoridades locales afirman que no están en contra de los derechos de las comunidades, sin embargo, la imagen del sitio se deteriora por la actividad de ambulantaje, la destrucción de áreas verdes para abrir estacionamientos y reventa de accesos al sitio.
Otra de las situaciones que se considera fueron motivo de inconformidad entre los artesanos fue que se controló el crecimiento al interior del sitio y delimitando los espacios donde almacenan y guardan las estructuras de sus puestos, evitando que se creen senderos nuevos que ocupan para hacer sus necesidades fisiológicas.
Asimismo, se prohibió el trabajo a menores de edad, y se ha perseguido la venta de drogas y alcohol al interior del sitio, además que, como antes se mencionó, se ha limitado el uso de lonas plásticas para únicamente cuando hay lluvia, evitando así tapar la vista de los monumentos.
Respecto a este conflicto, prestadores de servicios que laboran en la zona, y que por obvias razones pidieron mantener su identidad en el anonimato, confirmaron que el director de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, Marco Antonio Santos Ramírez, encabeza lo que consideran una mafia que se cree dueña del sitio.
“Por ser chilango o huach cree que los demás son ignorantes y se porta prepotente, las autoridades deben intervenir para meter orden, y destituirlo, pero también tienen que meter orden y terminar con el coto de poder que ya ejerce el pueblo y no permitir que los vendedores hagan lo que quieran ya que Chichén Itzá no debe ser un mercado”, apuntó el entrevistado.
Texto y fotos: Manuel Pool / Cortesía