Me siento agradecido y afortunado y así es mi día. Gracias por una nueva oportunidad de estar aquí y ahora compartiendo nuevamente algo que te podrá ser de provecho en tu vida, así como es en la mía.
Gracias, así es, gracias! Esta sencilla palabra es mucho más que una buena educación. No es solamente un argumento social para definirnos como amables y buenas personas. Sin embargo, tal vez suceda que no te das cuentas hasta donde llega el alcance de estas 7 letras.
Seguramente te enseñaron desde temprana edad que para corresponder a cualquier acto hacia uno se debe de dar las gracias, porque es lo correcto. Es cuestión de educación. Y generamos esta creencia que dar gracias te hace buena persona y, pues, quién no quiere ser buena persona. Entonces, hay individuos que pueden estar diciendo gracias pero el sentido que le dan a esta acción es solamente para justificar el anhelo de lo que quieren ser, una buena persona. Una persona educada.
Sin embargo, quiero darte una distinción diferente de lo que es decir: GRACIAS. Pues es una declaración que haces que si la realizas con la intención adecuada puedes generar un cambio profundo en tu manera de agradecer y sobre todo en los resultados extraordinarios que puede generar en tu vida.
Dar gracias, no te define como una buena persona, tiene más que ver con el efecto que generas al ser una persona agradecida. Y éste es un gran dilema, cuando dices gracias ¿Eres una persona educada o realmente eres una persona agradecida? Al dar las gracias a otra persona, o no hacerlo, generas el tipo de relación que puedes crear con la persona. Además, al dar gracias como reconocimiento a lo que recibes, tienes y/o a lo que eres, estás conectándote con las fibras más íntimas de tu ser y con tu esencia, tu concepto de ser superior, ya sea le llames Dios, Universo, Yhavé, Brahma, Ser de luz, Energía, Amor incondicional, etc.
Cuando dices gracias a alguien, reconoces la voluntad y servicio que alguien más hace para contigo. Reconoces que ese alguien está dispuesto a dejar a un lado lo suyo para estar disponible para ti. Si das las gracias ese reconocimiento que le das a la otra persona crea un lazo de reciprocidad. Puedes pensar que no pasa nada si no das las gracias cuando pides un favor, pero cómo te podría tratar esa persona si, en cambio, no le dieras las gracias. Independientemente de lo que la otra persona pueda pensar de ti, el hecho es que esa relación o posible relación sea mermada. Dicha relación puede ser sentimental, social, laboral, no importa. En términos comunes te puedo decir que a nadie le interesa atender o hacerle favores a alguien que ni siquiera da las gracias.
Ahora, dar gracias como reconocimiento a lo que uno recibe, tiene y es, es crear reconocimiento a tu divinidad. Reconocimiento y conexión a tu parte más pura, a tu esencia. Dar gracias en conexión con tu naturaleza es un acto reciproco de amor propio reconociendo lo que somos. Dar gracias por la vida y a la vida, es una celebración de dicha y gozo por nuestra existencia. Dar gracias da sentido a la vida misma, da razón a nuestra existencia. Tómate el tiempo que desees para dar gracias. Tienes 24 horas del día para agradecer lo más que quieras. Y créeme cuando te diga, que entre más lo hagas mayor será el cambio en tu vida y mejor será la versión de lo que vives. Por tu atención, muchas gracias.
Tú tienes el poder de controlar tu vida… ¡Úsalo!
Luis E. Roche
Coach